EN BOLIVIA
12.
En el período 1809-1825 sucumbió
todo el poderío español en Sudamérica y to_
dos los organismos estatales y religiosos su–
frieron serias convulsiones y trastornos. La
Ley del 22 agosto 1826, que el Congreso Ge–
neral Constituyente de Bolivia dictó para el
gobierno de
l~s
Regulares en la naciente Re–
pública (29), constituyéndose en pontífices
máxirr.osde la conciencia nacional bastardea_
da, es buet{a
prue.bade la desorientación mo–
ral y religiosa, si es que ya no era producto
del maquiavélico movimiento de destrucción
y ruina del espíntu católico, que respiraban
los supremos
sedicentes
Libertadores de la
Nación.
13. CoNCLUSIÓN. Hemos intentado esbo–
zar el esplénd.ido panorama misional proyec–
tado por la Orden franciscana en el Alto Perú
y principalmente en el territorio que hoy se
conoce con el nombre de Bolivia.
La Prov. de San Antonio de los Charcas,
antes de su supresión, tenía catorce Conven–
tos de Observancia y cuatro de Recolección
con la gloriosa cifra de
veintidós
Doctrinas.
En 1680 fundó las Misiones de Apolobamba o
Caupolicán, donde se volcó generosamente
la Proviucia, depositando sus creencias y
prácticas,
esenci~lmente
católicas y auténtica–
mente españolas, en aquellas exuberantes y
extensísimas regiones. Aunque se fundaron
los Colegios de P. f., S. Antonio de los Chár-
cas no abandonó totalménte sus Misiones.
Surgieron del Colegio de Sta. Rosa de
Ocopa, entre otros. el de N. Sra. de los Ánge–
les de
Tarija,
que crea
y
funda, con ansias
incandescentes de apostolado, los de
Moque–
gua
y
Tarata,
tan robustos y gigantes que só–
lo la guerra de emancipación y las crueles
persecuciones de
a~quellos
engañados
patrio–
tas
y ciegos
realistas
hicieron sucumbir, no
sin dejar levadura y simiente para informar y
reconstruir otras instituciones
an~logas,
que
salváron la vida franciscana y misionera de la
ruina y hecatombe que sufrieron las demás
Ordenes religiosas.
El P. Andrés Herrero de bs Heras, Pre–
fecto-Comisario de las Misiones de Moque–
gua desde 1820, fué la
simi~nte
y levadura de
reconstrucción social, moral y religiosa en la
nueva república. Encerrado en las misiones
de Moquegua, que caían en el actual Depar–
tamento de La Paz, ajeno a los acontecimien–
tos políticos que se sucedieron, fué el forzo–
so heredero casi único de aquel espíritu em–
prendedor y valiente de la época colonial
misionera, que, en la nueva etapa de la histo–
ria de Bolivia, supo devolver la vida francis–
cana y española a los derruídos Colegios
Apostólicos de
P.
f.
de Ocopa
y
Chillán (Pe–
rú y Chile), Tarija y Tarata (Bolivia) y cons–
truir dos nuevos: San José de la Paz y Santa
Ana de Sucrc, como veremos en 1<;> que sigue.
NOTAS
(1)
Se la llama actualmente la ciudad de los
cua–
tro nombres:
Charcas, Chuquisaca, la Plata
y
Sucre,
este último en memoria del insigne libertador José
Antonio de Sucre (1830). El propio nombre de Bolivia
es fruto de un momentáneo fervor patriótico que perpe–
túa el recuerdo del ilustre general yenezolano Simón
Bolívar (1830).
(2)
Parece pueril
y
pedante de.tenernos en multi–
plicar notas
y
testimonios que corroboren lo que afir–
mamos, pues se trata de cosas conocidas
y
que en
cualquier manual se encuentran confirmadas; sin em–
bargo,
d.
Neapoli, P. Michael Ang. dt!,
O. F. M.,
Chronologia histol'Íco-legalis...
1,
Neapoli 1650; tam–
bién
Gubernatis, P. Dominícus de,
O. F. M.
Orbis
Serapb.icas .
. .
Romae,
168z-85,
en los Capítulos
Gles. citados. ltem
Gonzaga, P. Franciscas,
O. F. M.,
De
origine Seraphicae Religionis franci::scanae eius–
qae
progres•ibas...
Romae 1587;
y
especialmente
d.
Córdoba Salinas,
P.
Diego,
O.
F. M.,
Chrónica de la
religiosiuima Provincia de los Doce Apóstoles del
Perú ... ,
Lima,
1651,
así como
Mendoza,
P.
Diego,
O. F. M.,
Chronica de la Provincia de San Antonio
de los Charcas...
Madrid 1664. San Francisco Solano,
apóstol de los indios, fué nombrado Custodio de la de
San Jorge del Tucumán en el Capítulo PI. de Jauja
de
1595.
(3)
En
1585
se constituyó la Provincia de Ve–
nezuela, erigida como Custodia en
1565;
así como en
16'32 existía la Custodia de Panamá, dependiente de
la Provincia de los Doce Apóstoles,
d.
los AA. cit.
en la nota anterior.
(4)
En mi tesis doctoral, aun inédita,
De
Com–
missariorum Generaliam
in
Ordine Fratram Mino–
rum
historia et iure .•.
Athenaeum Antonianum de
Urbe
19.58,
se trata de lleno; como en su propio lu–
gar. este asunto.