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Sal, montañas de
ndamarca, Pampas del Sa–
cramento y Conversiones del Pajonal, el Se–
ñor
pr~mia
sus nobles propósitos con una
fortuna nunca bien ponderada: ser Colegio–
Madre de todos los Seminarios de P. f. de
Suramérica. Del de Ocopa se originaron en
breve tiempo los de Tarija, Chillán, Chiloé y
Cuzco, y éstos a su vez engendraron otros
que poblaron las selvas solitarias de Misio–
nes
y
c~ntros
de reducción.
Tarija fué fundado como Colegio Apostó–
lico por el P. Francisco Escribano, ayudado
del P. Manuel Gil y otros tres religiosos del
Colegio de Ocopa en
1755 '(10),
y de él salie–
ron los que erigieron los Colegios de Moque–
gua
(1757-95)
y Tarata
(1796),
que tenían sus
Misiones enclavadas en lo que constituye hoy
el territorio de Bolivia, asunto de estos apun–
tes.
§
2. Misiones de la Provincia de los Charcas
y de los Colegios Apostólicos en Bolivia
......
7. Ya hemos escrito antes que la Provin-
cia de S. Antonio de los Charcas se despren–
dió de la de los Doce Apóstoles de Lima en
el Capítulo 01. de Valladolid en
1565.
Tene–
rnos muy buenas
fu~ntes
para ir espigando
noticias misionales: los PP. Córdoba y Men–
doza, que examinamos detenidamente en
n~:estra
estancia breve y tranquila en tierras
bolivianas, así como otras publicaciones mo–
derttas, cuya noticia bibliog¡áfica daremos
como apéndice al final de estos apuntes, nos
suministran material suficiente para resumir y
recordar el historial espléndido e insuperable
que la Orden franciscana ha ido desarrollan–
do, con halagos y mimos de madre fecunda
1
en aquellas tierras vírgenes.
La Provincia de S. 1\ntonio de los Char–
cas (11) se extendía desde el Cuzco (Perú)
hasta Tarija (Bolivia), tenie:tdo de longitud
250
leguas casteJ!anas (a tres mil pasos la le–
gua y de cinco pies cada paso)
y
contaba con
18
Conventos, a saber:
Cuzco,
•principio desta Provincia de San
ntonio de los Charcas-. , ron su Convento de
Observancia (I
534)
y
otro de Recolección
(1599).
LAs Misio
E.
FRA
c1
e
San Francisco de Chuquisaca, Obse•van–
cia
(1540)
y Recolección
(1600).
San Francisco de
Arequfpa,
el de Obser·
vancia (
1552)
y Recolección (
1648).
San Antonio de la villa de
Pptosi
(1547).
Nuestra Sra. de los Angeles de La P3Z
(1549),
con una Doctrina.
Inmaculada Concepción de
Yanqui
(
1560),
en la provincia política de Collaguas, con tres
Conversioues.
San Antonio de
Callali
~1560),
ibídem, con
tres Doctrinas.
Ntra. Sra. qe los Angeles de
Urcos
(1570),
cinco leguas del Cuzco, con una Doctrina.
N. P. San Francisco de
Pocona
(1577).
N. P. S. Francisco de
Cochabamba
(1581).
Ntra. Sra. de los Angeles de
Mizque
o Vi-
lla Pisuegra
(1600),
con dos anejos.
N. P. San Francisco de
Tarija
{1606),
pri–
mero de Recolección y después de Obser–
vancia).
Ntra. Sra. de Ouadaiupe de
Oruro
(1606).
Recoleta de
Urubamba
(1613) .
Las Doctrinas que sostenían estos Con–
ventos eran las siguientes: la de
S. Francisco
de Poexi,
cinco leguas de Arequipa, depen–
día del Guardián de Arequipa;
Santiago de
Coperaque, Reyes de Achoma, Asunción de
Chibay
y la propia de
Yanqui,
correspondían
al Convento de Yanqui; al de S. Antonio de
Calltdi, las de
Santa Cruz de Tute, San Pedro
de Tisco, San Juan de Cibayo
y
la misma de
Callali;
las doctrinas de
Huayllabanzba
y
Ur–
eas
corrían a cargo del Convento de Urcos;
la doctrina de
San Pedro,
al de La Paz; las de
S. Sebaslián de Mizque,
con las de los valle
de
Aiquile
y
Holoy,
estaban sujetas al Con–
vento de Mizque
(12).
8.
El celo apostólico desplegado por lo s
esforzados misioneros franciscanos de S. An –
tonio de los Charcas en aquellas regiones es
tan magnífico como desconocido. flotaba
11
el ambiente el ideal de la institución de los
Colegios-Seminarios, independientes de Pro–
vincias y exclusivamente dedicados a la con–
versión de los indios indígenas, como hen os
apuntado antes;
y
así simultáneamente a la
cri talización de aquel ideal, la Provincia d
los Charcas,
ad~
más de las
15
Conversiones