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Revista del Museo Nacional: Tomo XIV.
"Tenían sus escaños de oro; traían delante sus yauris, que eran hechos, a manera
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éet~os
de oro; y los sacerdotes de las dichas huacas venían con los más ricos vestidos
-que haber podí an para aquella fiesta. Sacaban asimismo los que tenían a su cargo la huaca
de Huanacauri, su figura y la ponían en la plaza, en el lugar que para ello tenían. Dicen
-que la huaca del Hacedor jamás dieron muj er propia, porque dicen que no quería el Hacedor
mujeres, di ciendo que todo era su yo, pues él lo había creado; y así en todos sus sacrificios
-el primero que hacían era el Hacedor".
"Y asi mismo sacaban, al mismo tiempo, todos
I.oscuerpos de los señores y señoras
que embalsamados tení an muy ricamente aderezados; los cuales cuerpos traían los des–
-cedien tes de su linaj e, que a cargo los tenían , y los ponían en la plaza en sus 'asien tos de
oro, por su orden como si estuvieran vivos. Ya esta hora salía toda la gente del Cuzco por
.sus' ayllos 'y parci alidades, los cuales venían lo más ricamen te aderezados que podían; y
llegados, mochaban (veneraban) al Hacedor, al 'Sol y al Inca Senor; y luego se asen taban
en sus asientos, cada uno conforme a la calidad que tenían divididos: los anancuzcos a su
parte, y los hurincuzcos a la suya. Yen es te día entendían un solo comer
y
beber y holgar–
.se, y hacían el taqui (canción, canto), llamado
alaui citua taqui
con unas camisetas colora–
das hasta los pies y un as diademas en las cabezas, ll amados pileo casa, y tañían con unos
-cañutos de caña (unidos) chicos y grandes haciendo con ellos un a música llamada tica-ti–
~ca"
.
"Daban en aquel día gracias al Hacedor por haberlos
d ejad~
llegar a aquella fiesta;
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que los llegase a otro año, sin enfermedades; y lo mismo
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Sol y al Trueno. Venía el Inca
-con ellos; tenía el Sol delan te de sí un vaso de oro grande, en que ec hab a el Inca chicha,
y de allí el sacerdote se la tomaba y la echab a en el utcu (agujero) que, como dicho es, era
a man era de pila de piedra, forrada en oro, la cual tenía un agujero, hecho de tal manera
-que llegaba a un albañal el caño que iba por debajo de tierra, hasta las casas del Sol, del
Trueno, y del Hacedor. Los sacerdotes de ellos venían unos con otros; y los cuerpos em–
balsamados, los de Anancuzco con los de Hurincuzco; y así consumían y gastaban aquel
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en lo susodicho, y venida la tarde, llevaban el Sol y las demás huacas a sus temp los,
y
los cuerpos embalsamados a sus casas, los que a cargo los tenían; y
el
Inca y las demás gen–
tes se iban a sus posadas".
"Y otro día sigui en te, por la misma orden salían a la misma plaza, y puestas por
·su orden las huac as, y el Incay demás gente traían a la plaza grandísima cantidad de ga–
nado de todo género, de todas las cuatro partes llamadas Collasuyo, Chinchaysuyo, Anti–
.suyo y Contisuyo. Era tanta la cantidad del dicho ganado, que a lo que dicen lo que esta
d ecl aración hicieron, eran más de cien mil cabezas;
el
cual gan-ado había de ser limpio,
sin fe aldad alguna, ni mancha y lanudo, que jamás hubi ese sido trasqu il ado ; y luego el
.sacerdote del Sol apartaba cuatro carneros les más. limpi es
y
los sacrificaba de esta ma–
nera: uno al H acedor, otro al Trueno, otro al Sol y otro a Huanacauli; y cuando quería
hacer
el
dicho sacri ficio tenía en unos plates grandes de oro el sanco puesto; y con la san–
:2re de aquellos carn eros que sacrificaban, asperjaba
el
dicho sanco. Er an les carneres blan-