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CJraciones p JI' las Fuerzas del Espíritu.
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ni de: ían palabras d e enoj ,ni se pedía n lo un s a los otres lo que se deJían, porque de–
cían que en todo el añ o t end rí an p end encia y trab aj os, si de aq uel da CJmenzaban".
"Así mi smo en la dic ha noche sac ab an la estatu a del al, H ac ed r
y
Tru ene,
y
los
sacerdot es de cada una d e las estatuas las calentaba n con el sanco dic ho;
y
a la mañana
las llevaban apresen tar al templo del H acedor
y
al
y
Trueno la mej ores comidas qu e po–
dían habt;r, y más bien aderezadas; las cuale recibían
I
s sacerdo tes de las dic hzs hu aca
r
las quemaban. Y así mi smo sacaban los cu erp s de los señores
y
señ ras muert s que e _
taban embalsamados, los cuales sacaban las per onas de su linaje q u e a c ' rgo les tenían.
y
aquella noch e los lava ban en sus baños, que cuan do estaba vivo cada un o ten ía,
y
vud–
tos a sus cas as los calentaban con anca (la mazamorra dic ha);
y
luego les poní an delante
las comidas que cu ando ell os er an viv s con más gusto comí an y uS3.ban las cuales les po–
n ían mu y bien aderezadas como cuando vivos es t aban ;
y
luego las personas que tenían
a cargo Jos dic hos muertos la q ue maban".
"Los que tenían a cargo la hu aca ll amada
11uanacauri,
que es una peña grande fi–
gura de hombre (1), los criados de la dic ha hu aca juntamen te con el sacer do te de ella, la–
vaban la dicha hu aca,
y
la calen taban con el sanco;
y
el I nca, señor principal, desde q ue se
acababa delavar, y su muj erprincip al se ponían en su apo en ro,
y
les pon ían en las cabeza
d e ellos el dic ho sanco. D espu és de haberlos calen tado con él, les ponían en las cabezas un as
plumas de un páj aro que se llama pileo, que son de color de tcrnasol; y lo mismo hacían
con la figura del Hacedor
r
a los que a cargo
I
tenían,
y
llamaban a esta ceremonia pi!–
coyaco.
y
luego como a' las oc ho o nueve del día, el Inc a Señor prin cipal con su mujer y
gente cortesana de su
Con cej ~
que en su casa tenían, salían a la plaza principal del Cu zco.
lo más ricamen te ad erezados qu e podían; traían así mi smo a la plaza, a e ta hora, la imagen
del Sol ll amada Apupunchao (Gr an señor del día
y
d el Sol), q u eera la p rincip al que ellos
tenían en su templo, acompa ñada d e todos los acerdo tes del
01,
jun tamen te con las dos
imágenes, sus muj {re llam adas in ca oello y p alla oclle. Salía también la muj er ll a mad a
coya pacsa, la cual es tab a sac rifi cada (dest inada) p r mujer del sol, y é tl era hermana
o hij a del que gobernaba. Y tr aían al dic ho Sol su sacerd otes
y
le ponL n en su asiervo
que estaba en la plaza ded icado para él;
y
así m:smo 1 s sacerdo tes del H acedor sacaban
su figura a la pl aza, donde la ponían en su lugar; también sacabrn los acerd o tes del Tru e–
no, ll amado c huqui i.l a, su fi gura, la cu al ponían en su luga r en la plaza".
(1) L?s o!Jj:tos s3g¡adJs, CJm? las h;¡ acas, en esp!cial
1.1
m;¡y imp ;rtanle de
11
uana–
c:mri, se h:zcí:m rl pr.:sentar en la c:remonia, baj,
I:J
figura dl ¡¡, m; r-: (labrada en una peña
grande), Pero la cmtral era el Hacedor o l/irac;c/¡a, al cual le dedicaban
el
primer sacrificio
y lo adoraban, lo mismo qu e al Sol, al Truen o y al Inca. Daba
1
gracias al Hacedor, por haber–
los CJnseriJado sin enfermedades.
R~presenla
pues l/iracccha, al dios incano de la salud del
cuerpo y del alma.