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46

DICCIONA~IO

FOLKLé>RlCO DEL PERt;

ria, en un país conmovido y poblado de gauchos más beli–

cosos y más jinetes que Santiago Apóstol.

Pero Tristán,

además de ser '{)rímo del General en Jefe, era

&U

paisano;

.y

ya se sabe que lambayecanos

y

arequipeños dicen: "primero

p<~isano

que Dios!"

,

'

'

El hecho fué que

el

24 de setiembre de 1812 Tristán

~esembocó,

por el camino real de los Nogales, en

elll~no

donde

está· situada la ciudad de Tucumán, rodeada de bosq11es de

naranjos.

Al acercarse a la ciudad, los realistas no reconocieron

s;no una línea de la infantería argentina formada en batalla•

.sobre un repecho.

El asuntb se presentaba fácil, tan fácil

como echarle guindas a .la Tarasca.;·y aunque no er.a presu–

mible que en ,un país donde abundaban los caballos,

faltar~

h

caballería -y como dicen que -cuando Dios quiere perder–

al h0mbre lo ciega de antemano- al po))fe Tristán se le dl.,lr–

f!lÍÓ

el diablo y siguió avanzan o, avanzando, hasta compro–

meter

1

acción .

El Coronel Barrera conel "Batallón de Abancay", rué el

primero en cargar a la bayoneta

y

le siguieron los demás

· cuerpos.

.

i

El choque fué terrible! Enardecidos con el toque de

calacuerda, babeando de

cor~je,

los peruanos embestían co–

mo si se hubiesen desayunado con gallos de pelea¡ y·-los ar–

gentinos pegaban más fuerte que la cola china! ...

Por algún tiempo,"la victoria se mantuvo indecisa; pero

- ante

el

ofrecimiento de una ·doble ración de coca y unos tra–

gos de ron con pólvora, l_os cholos arequipe"ños, cuzqueños

y

puneños, dieron una arremetida de las de cambray fino.

y

ensartaron a los argentinos por donde la espalda cambia

de nombre.

Es decir : los pusieron en fuga. . . En esos mo–

mentos estelares, 'rristán sentía que le corrían culebritas por

el cuerpo; y como según las gentes de Buenos Aires en la co–

cina -siempre es verano, empezaba ya a pensar en las dulzuras

de la venganza.

Pero esos pensamientos le duraron lo que

salva de cohetes!

'De improviso, como por arte .de birlibir–

loque o de encantamiento, se abrieron los ·bosques de naran–

jos que rodean a la ciudad de Tucurnán, y vomitaron miles