CARLOS CAMINO CALPERON
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-en circunstancias·en que se disponía a pasar la zanca sobre
ima hermosa mula tucumana-. recibió una tremenda patada
· •ytte, en estado potencial, contenía nada menos que una de
Jas
m~yores
glorias argentinas: ¡la batalla de Tucumán!
Ahora bien:
d~de
el instante en que Don Pío recibió la
tremenda patada potencial, sintió que la cabeza se le volaba de
los cóndilos occipitales y, a renglón seguido, ·concibió un odio
de
curcuncho
contra todo lo que oliera a Tucumán.
Mentarle Tucumán a Don Pío, era como mentarle a
Sancho la manta.
¡
Cosas del mundo donde no todo es ám–
[)ar y algalia entre algodones! ...
· Así andaba 'el ajo en el .ánimo de Don Pío Tristán cuan- ·
do una mañana -la del
1
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de agosto de
1812-
se le vió
salir de Suipacha al frente de cuatro batallones formados con
cholos peruanos del sur 1 200 jinetes y 10 piezas de arti–
llería. El objeto ostensible de e a expedición era apoderarse
de los caballos, mulas y vaq.t os de Tucurnán; pero la verdad
:inconfesada era que la tal e ped·ción había sido ideaaa , pla–
neada, madurada y organizada p r el propio Brigadier Tris–
:tán, y con el cavernario pr..ogósito de comerse crudos a todos
1os hombres y a toda as
cos.asdel '{ucumán!
Al son de tambores, pífano y clarinetes, las gentes dé
Suipacha vieron salir las trqpas que ·iban a pisar el poncho
a los. insurrectos argentinos. La división de
c~olos
peruanos
mar.chaba en .columna; seguían los equipajes·, la artillería
y
el
parqt¡e, y cubrían la retaguardia 8 compañías de prefe–
r.~ncia, ·
y la mejor parte de la caballería.-
¡Tararí!
¡Tarará!
¡Porrón! ¡Pompón!
¡Tararí!
¡Tarará!
¡Porrón! ¡Pompón! ...
No voy a referir los pormenores de esa campaña que
.d
General en Jefe Goyeneche autorizó contra
el
dictamen
.ciel virrey del Perú, y en la que permitió que la vanguardia
.1·.:·alista se internara más de 200 leguas, con escasa caballe-