Table of Contents Table of Contents
Previous Page  62 / 444 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 62 / 444 Next Page
Page Background

58

sante del mal

y

reedita una antigua modalidad de la m-edicina abo–

rigen que curaba ''espantando'' o provocando al espíritu maléfico,

y

que agrega en este caso, una fuerte sugestión sobre el enfermo, de

beneficio

y

seguridad.

La música tiene positiva influencia sobre el hombre y los ani–

males a favor de su accíón antiespasmódica, antidispéptica

y

como

t;nodificador de las impresiones nerviosas, acción ya bien estudiada

por la fisiología, la psicología

y

la patología; .pero sin duda actúa

preponderantemente como sedante o excitante. Esta dualidad con–

trapuesta de su acción se explica por el efecto que cierta música

produce sobre la sensibilidad, sobre la motilidad o sobre las dos a)

mism~

tiempo. De donde es posible inferir el efecto distinto que

tiene la música del canto

y

de la danza sobre el individuo; carac–

terísticas bien determinadas en el folklore musical de Santiago,

donde él canto promueve la más honda tristeza, mientras que la

1

danza cumple una función distinta al incorporar mediante su ritmo,

la alegría exterior que no es del alma santiagueña (

1 ).

Yatro-phonio

a a la medicina

a: en n

JO

o e

or Fray Antonio

sa ada teología•y monje del Real Monasterio de

o,...wo,,~

.....

a' '

te san

e

,

~

e transcribimos en

~-....

' ' En lo

e

e Italia,

est'~

la pro-

~~~:::A::::ffi'!Leonfi

es de este erritorio con

el

de Apuglia, se halla

e

t

g

a;

e u

· e tomaron el suyo las

' 'taránt 1

e ,

A

i

el

1 o d

tas pequeñas bestias

hacen s cuna, con extensi6n m s larga tomar n el nombre de Taranto antigua–

mente qm

lo

eeuentad . de esta ciudad o porque acaso en ella se notaran

los primeros insultos de su veneno·.

Como quiera que sea, en toda Apuglia se cría esta clase de venenosos animales.

Son de la especie de las arañas o phalangios de ocho ojos. Todo el invierno

se ocultan en cavernas subterráneas, y en los ardores del veranú salen a '' insul–

tar'' ·a los vivientes con sus fatales picaduras. Son los más expuestos a este

triste mordisco los segadores, labradores y aquellos que duermen en el verano

por los campos. No se les ha notado que muerdan, sino en los meses del estío,

o a lo menos en estos meses es donde se muestra la fatalidad de su mordedura.

El dolor inmediato a su bocado es como el ·de la picadura de abeja. Al ins–

tante que muerde se pone la parte susflada, lívida y algunas veces negra. Unas

veces so'breviene en ella dolor, otras estupor grande y sensiblemente se eleva

en la misma parte un tumor. Síguese desp111és, a poco tiempo, el síndrome de

letales accidentes que pudiera causar la eombinaci6n más perniciosa de execra–

bles venenos. El primero es darse por sentida la regia oficina del coraz6n,

con aflicciones y apreturas muy vehementes, suspiros deliquios, voz turbada y

máe turbada respiraci6n, ojos tristes y turbulentos. Trastejaci6n de potencias,

convulsi6n y sínoope. Síguenle dolores vehementes de cabeza, de articulaciones,

melancolía profundísima, inapetencia total, aphoniw, atrophia, fiebres ardentísi–

mas, inflamaciones de vientre, y otras partes, con otros fatales insultos píenos

frecuentes. Advirtiendo que tanto lo terrible y fuerte de estos mencionados, como

el concurso de todos, no es perpetuo en todos los mordidos. Sobrevienen unos