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los lavajes con "agua de jarilla (Larrea divaricata) ", de "tusca
(Acacia atramentaria)" y de "doca (Morrenia odorata)", esta
última para beber después de enfriada.
Uno de los procedimientos más pintorescos es la curación de
estas mordeduras por medio de "palabras". El "hábil" pregunta
al mandadero, en caso de que no acudiera el propio interesado al
consultorio, la hora, el lugar y la parte donde el paciente. ha sido
mordido por la araña, diciéndole a continuación, de un ensalmo
ininteligible: ''vuelva nomás que ya está curado''. En efecto, de
vuelta, el mandadero o '' chasqui'' cree encontrar mejorado al pa–
ciente, el que termina por curarse algún día, desde que las morde–
duras de las arañas en Santiago no comprometen la vida, ni son
siquiera graves.
.A
continuación recordamos lo que hemos dicho sobre la musico–
terapia en la curación de la "picadura de araña". Con esta men–
ción dejamos el capítulo de estas enfermedades totalmente agotado,
remitiendo al lector por mayores datos a la parte general de esta
obra.
El "piojo" s e
Aparte de la costu
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familiares,
costumb~~[¡;~~~~
vajes de Amériaa
curar este mal.
LA PLAGA
iblioteca
a " a sus
semisal-
Con este nombre son conocidos los ''daños'' que invaden los
sembrados. Se los considera de origen mágico o como resultado de
un embrujo. Por cuya razón se acude al curandero, especializado
en estas artes.
Uno de los medios de que se valen para curar ia "plaga" consiste
en ''caminar a lo largo
y
en cruz por el cerco, llevando dos gu–
sanos. Al terminar el recorrido, poniendo a los gusanos en cruz, el
curandero, después de morder]os, los arroja a la tierra". También
acostumbran poner en una calabaza los gusanos de ' '·a pares'' (un
par por cada esquina del rastrojo)
y
con los gusanos adentro se
cuelga la calabaza cerca del fogón de modo que el humo les mate.
Al morir éstos el campo queda curado de toda plaga.