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su raíz para lavajes eran tenidos como excelentes en la antigüedad
para la curación de la ''picadura'', siendo todavía muy empleados.
El Dr. Juan A. Domínguez cree que el "bejuco" y el "locontin
son la misma planta.
Numerosos cocimientos tiene la medicina popular · para tratar
estas picaduras. Aparte del "agua de la raíz de bejuco'' emplean
la infusión de "hojas de altamisa (Parthenium hysterophorus)"
que sirve para beber y lavar las heridas; la infusión de ''fruta de
mistoi (ZyzypP,us mistol)" y el decoctado de "yerba de la víbo–
ra'' (
?) ,
con cuya agua¡ se lava la picadura, aplicándose acto se...
guido la "hoja molida que ha servido para hacer esta. agua".
Es señalada por sus bondades el "agua de jarilla (Larrea diva–
ricata)" cuyo leño cqntiene una resina constituída por ácido gua–
yacónico ; usándose también la ''mezcla colada de orina con jumi
molido (Suaeda divaricata) (
1 ).
Entrando ahora a lo pintoresco de la terapéutica simpático..
mágica, que por cierto tiene muy honrosos antecedentes históricos,
debemos consignar un remedio maravilloso (
?)
para esta clase de
mal. Consiste
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rne al herido ; ac éstanlo y a ríganlo ; suda, guarda
dieta y no es necesaria más cura''.
Conforme con esta receta es la que cita el P. Lozano,
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su ya
citada obra: ''para mitigar el dolor y extraer la ponzoña'', que
consiste en "majar la cabeza de la misma víbora que picó aplicán–
dola luego sobre la herida".
En el fondo, todas ellas coinciden en la virtud que atribuyen a
esta terapéutica homóloga y, si no completamente verosímil su efecto
maravilloso, recuérdese en cambio que la intención de buscar en la
misma víbora el antídoto de su ponzoña es precursora del actual
sistema de vacunas y sueros empleados contra las mordeduras de
serpientes. Hay un procedimiento para impedir que "suba la pon-
(1)
HuTCHINS!ON Y
LATZINA:
Buenos .Aires and .Argentine gleO!nlings,
pág.
156
y
L 'agriculture et l '
eléva.gedans la Repúblique Argen.tine,
pág.
25,~
res..
pectivamente.
(2)
"Descripción Colonial", pág. 205.