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llamente pueriles como los nuestros, para su tratamiento. Uno de
los remedios que se preconizan dice que ''debe lavarse la cara todas
las noches con agua de habas'' (
1 )
o, si se quiere abreviar la cura–
ción, usar el procedimiento que consiste en ''pasarse por la cara un
huevo recién puesto, tibio, tibio''. Si este remedio fracasara, úsese
el ''agua de lluvia del mes de mayo''.
¡Después de esto, sólo resta felicitar a los ''pecosos'' por haber
encontrado, al fin, el remedio que buscaban!
LA PELADURA
La ''peladura'' ·o ''sopladura'', como también se la llama, es la
erosión cutánea _producida por el roce de los vestidos, cuando ella
es intensa y pasa del grado simple de la ''escaldadura''.
Cúrase con aplicaciones de ''agua de flor de almidón'' o con un–
ciones de ''clara de huevo''.
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ombre, va
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oco a poco de a
omenc a una popular, aunque la
enfermedad, deoüla a tan as causas, continúe haciendo cada vez
más víctimas.
La ''perlesía'' requiere un tratamiento de fondo
y
distinto, na–
turalmente, para cada , caso. Pero el pueblo nada sabe de esto. Lo
único que conoce es la ''unción''
y
la ''friega' ', que las da con
maestría incomparable, aunque con demasiada fuerza, ardor
y
saña,
usando para ellas la grasa de "avestruz o suri (Rhea americana)",
quizás, por la creencia de que el vigor
y
ligereza del ' ' suri' ', han
de comunicarse mágicamente a los miembros. "perláticos" del "tu–
llido'' (
2 ).
(1)
''Toma zumo de hojas de habas, cuando estén en flor,
y
lllivate con
él'' (Mandouti, ''Colección completa de receta, etc.'').
(2)
Los antiguos pueblos indígenas del Perú,
y
aún la población nativa
actual, usaban la ''grasa de cuervo'' para los ''encogimientos perláticos''·