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la unción con la "primera orina del chico". Se ha difundido tanto
el uso de esta receta que pocas son las madres que no la han em–
pleado siquiera una vez, con los resultados que eran de esperar. Pero
lo que ha inducido en el error de considerar ''la orina de chico''
como eficaz para el tratamiento del cloasma es, a nuestro modo de
ver, el hecho de que las manchas de las embarazadas desaparecen
espontáneamente después del parto, atribuyéndose este beneficio,
no ya a la naturaleza propia del mal, sino a la práctica tan difun–
dida que hemos comentado.
LA MANQUERA
La ''manquera'' podría considerarse como una simple variedad
del "desortijamiento", más benigna quizás, pues, se trata de una
''recalcadura'' de primer grado o, simplemente, de un esguince
menor.
Su tratamiento es típico: ''después de atar una guasca bien ce-
ñida en la mano del animal se
saja la vena por abajo
y
con la
sangre se le d .
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"egas de arrib
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j" '.
teca
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cional
,
O simplement
e os animales
por el uso de r
a a r ' simple es
una despellejadure,
~
y
entonces se transforma
en gusanera'' o ''bichera''. En estos casos se usan los
procedimiento~
curativos que hemos estudiado en la parte pertinente.
La "mata'·' simple es objeto de medidas precautorias o preven–
tivas. Se trata de impedir que las moscas depositen sus huevos en
ella. Antes de la "era" de la creolina
y
de los productos. similares,
se "largaba" al animal con "una garra" colgada, la cual tenía por
<>bjeto atraer a las moscas con su olor pútrido. Pero se hacían, tam–
bién, verdaderas curas ' ' locus dolenti' '. Las más usuales consistían
'
en "friegas con bosta fresca" o en lavajes con "agua de hojas de
atamisqui (Atamisquea emarginata) ' ' o en la aplicación simple so–
bre la ''matadura'' de jugo de las ''hojas pisadas de chamico (Da–
tura precox) ' '.