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' 'mascarse bien mascadas'' y una vez ingeridas ''se hacen tres cru–
ces grandes con ceniza desde el pupo abajo".
Aparte de esta medicación úsase con éxito diverso la "semilla
de verdulaga (Portulaca olerácea) ' ' (
1 )
y la resina del "aguaribay
(Shinus molle)" haciendo con ella unas mechitas que se introducen
en el ano. PeJ;o el ''santo remedio'' es el ''paico ( Chenopodium am–
brosiodes) ", tomado en té, con "azuquita quemada", y a pequeños
sorbos, varias veces al día.
LA LLAGA
Las úlceras crónicas, las "lastimaduras" con pérdida de sustan–
cia, esas heridas de lenta evolución, que cicatrizan tórpidamente, se
llaman ' 'llagas''.
Siendo la ''llaga'' una consecuencia de heridas que pudieron
curar con prontitud, al no hacerlo se piensa que es por ''mala car–
nadura'' de la persona que la :sufre.
Entonces la t
ap
ica es a
derezada a
la "llaga"
por medio de div rso procedimient s
V
vado de
la superficie crue ta
d
e mexica-
na) ' ' o el ''agua de
respecto a
esta última plant
e los arau-
canos se hace . de la ' '
corteza se
emplea en cocimie t
e preconiza
el procedimiento
, límpian y
avivan la lesión.
áctica las ''hojas molidas o pisa-
das de tala ( Celtis tala)" y también las de la "chilca (Baccharis
salicifolia) '', una de cuyas variedades, la glutinosa o "ñadiñ" era
sumamente empleada por los araucanos e indios del sur, utilizando
sólo "la materia resinosa de las flores"
(R.
PARDAL, obra ya cit.).
Todavía es posible distinguir una terecera forma medicamentosa y
es la que utiliza ciertas sustancias ·' ' secantes'' para combatir la hu–
medad frecuente de la "llaga". Una receta santiagueña preconiza
''echar en la llaga el polvo de un trapo de lana quemado''. Es curio–
so observar que este procedimiento ha sido largamente empleado por
los antiguos peruanos, quienes espolvorean la ''llaga'' con ''lana de
la llama, quemada''.
El azufre es también usado para espolvorear estas clases de he–
ridas. Quizás su empleo provenga de la época de Mandouti, quien
(1)
VICENTE PAZ:
Flora Santiagueña.