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Mucho se emplea también la "tusca i(Acacia atramentaria)" en
cocimiento par a lavar las heridas y como "secante", las hojas
y
cort eza de la misma planta reducidas a polvo, por su riqueza en
principios tánicos.
1
Los pueblos aborígenes del Perú usan para
cic~trizar el látex desecado del ' ' aguaribay (Shinus molle, que los
aztecas llaman: Pelonqua-huitl, y que emplean con el mismo fin,
e,obre todo, en los casos de heridas supuradas.
También preconizan en Santiago el
''agua de santamaría–
yuyo
(1)
(Tanacetum bahamita) "; el "agua de malva (Malva sil–
vestris) ' ' con brea (Gesalpinea precox) y un poco de aguardiente,
secando luego el "lastimado" 'con polvo de caña hueca (Arundo
donax) quemada y azúcar'' y también la carqueja (
2 )
y
el cei–
bo (
3 )
en lavatorios.
Cuando las heridas han dado lugar a una gran pérdida de sus–
tancia
y
ofrecen el tipo de las llamadas "úlceras o llagas", la gente
emplea una receta curiosa que consiste en ''quemar una cabeza
entera de perro negro, poniendo el polvo de este carbón sobre la
lastima
ra' '. Dicho pro edimiento ha sido
también usado en
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erse en la ''colección'' del
También aquí, para el "lastimado con pasmo' ·' úsase la "panza
del sapo (Bufo vulgaris) ", mientras que para las "cortaduras''
(1)
Algunos autores la consignan con el nombre de ''paico macho''·
(2)
"La carqueja se da mucha por las partes del Chaco que miran
a
las serranías, con admirable eficacia para curar llagas y cerrar heridas''
(P.
PEDRIO
LtozANo:
Descripción conográfica del Gran Chaco Guala;mba,
año 1733,
pág. 43).
1
(3)
"La corteza de este árbol, limpia de su aspereza, machacada y apli–
cada a las heridas que hacen las venenosas uñas del tigre, es único remedio
para que no se inflamen
y
envenenen. Y aún esta misma fiera usa muchas
veces este remedio para refrigerar el ardor de sus uñas venenosas; porque
subiéndose en el ceibo araña su eorteza profundamente hasta el palo con la
cual diligencia, queda muy ligero para la caza y la pesca, siendo así que al
sentir el ardor de su veneno en las uñas está pesado y tardo. . .
(P. PEDRO
L !OZANO:
Descr~pción
corográfica del Gran Chaco Gualamba,
año 1733, pág. 41).
( 4)
' '
T'oma una onza de sal común, tres onzas de miel cruda incorporado
todo al fuego
y
después tendido todo en un lienzo, póns.elo caliente: deshincha
y
sana' ' (' ' Heridas de la cabeza' ').