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que, a medida que se reduzca de la luna, reducirá también su pro–
porción el ''lobanillo''. Agréguese a ello el hecho de que ha de ser
precisamente una mujer en ese estado la que le "muerda", para .que
la fórmula quede completa, pues, es sabido de la relación que entre
la luna y la menstruación asigna la gente.
Si
tal remedio no ''surte'' efecto, hágase entonces un ''emplasto
de pasas de higo con aceite" o si no de "culantro verde (Coriandrum
sativun) amasado con harina de habas".
LA. LOCURA
El diagnóstico es claro. Cuando el sujeto ''se mueve y no se–
cansa . y grita y no se enronca" es que se trata de un "loco". En
estos signos funda el pueblo su diagnóstico y a fe que, en parte,
tiene razón. En cuanto al tratamiento, hay pocos remedios como
pocas son las esperanzas que el pueblo ·tiene en estos casos. Cuando
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a la cabeza para refrescársela o unas san-
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estos vermes y los·
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Es, para la gente del pueblo, muy frecuente la "lumbriz", o
debe serlo a juzgar por el síntoma con que la diagnostican: la flacu–
ra, el debilitamiento, la palidez, pues, en su mayoría, la población
es flaca y mal nutrida, y existe la creencia del que la "lumbriz',.
aprovecha la "sustancia", de los alimentos, en perjuicio de la per–
sona que los ingiere sin nutrirse de ellos.
Nosotros, a fuer de médicos, y sin serlo también, podríamos decir
que la "lumbriz" que acarrea tan graves perjuicios a la sa.lud del
·pueblo santiagueño,
y,
en general, al de toda la república, es la falta
de gobiernos capaces para defenderlo contra las acechanzas del capi–
talismo canallesco y explotador y de otras ' ' lumbrices'' más, en la
que es rica la fauna politiquera.
Para la verdadera ' ' lumbriz'' se · preconiza la ingestión de ''se–
millas de zapallo" en gran cantidad. Las dichas ·semillas deberán