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que analizamos
y
la creencia, viva en todas partes, de que la ' ' sim–
patía" mágica se adquiere por el contacto interno o externo con
productos que guardan relación inequívoca con la madurez sexual,
los cuales obran ''atrayendo'' al sexo contrario por un llamado an–
cestral, de sangre o de instinto, que involucra también la intención
de amar , el deseo de entregarse al ser que se ama. Muchas veces,
este filtro no es más que una declaración amorosa de la mujer que
dice a otros haber hecho un ' ' gualichu'' para determinada persona,
-como para que ésta, sintiéndose aludida y por consecuencia ' ' engua–
lichada ", rompa la atadura de su timidez y proceda en consecuencia.
Mas, si la mujer se vale de dichas artes para encantar al hombre,
éste posee, en cambio, medios sencillísimos para escapar a las redes
mágicas que le tiende la mujer. Uno de ellos consiste en "llevar
un gajito de ruda (Ruta chalepensis) en un bolsillo", amuleto
precioso que protege de tal modo al hombre, que ya puede marchar
invicto a los dardos del amor, como si llevara coraza de guerrero
para su corazón
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Ah a, por e con r
·o, cuando el hombre desea ser ' ' persegui-
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EL MAL DE AGUAS
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de cuervo, hacerlos
ue los empolle" pues,
a los, vuela y trae en
Cualquier entorpecimiento o anormalidad en la emisión de la
orina es un "mal de aguas" o un "mal de las aguas" o, "un mal de
orines ". Los prostáticos, los vesicales, etc.; caen dentro de esta de–
nominación. Por eso un retencionista es un enfermo que no puede
"hacer aguas", mientras que en el caso contrario se dice de él que
se le ha ' ' soltao las aguas'' o que ''se le pueden las aguas''.
La naturaleza de la afección que determina estos dos grandes
grupos, y la diversa
y
múltiple sintomatología que los corteja, es
casi siempre desconocida. De ahí que este mal sea tratado con proce–
dimiento o remedios, en su mayor parte, anodinos, cuyo fundamento