Table of Contents Table of Contents
Previous Page  169 / 444 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 169 / 444 Next Page
Page Background

165

EL MAL DE CORAZóN

Infinidad de expresiones populares han sido creadas para de–

signar las enfermedades del corazón, siendo frecuente escuchar a

unos llamarlas, simplemente, "aflicciones o ahogos" y a otros "gol–

pes o tristezas del corazón' '.

Si muchos son los nombres con que el pueblo conoce este mal,

más numerosos son aún los .t antojadizos cargos que se hacen a esta

noble víscera. Apenas si hay enfermedad que no tenga, en el sentir

popular, relación con él. La epilepsia es casi siempre un ''ataque

al corazón". Una enfermedad del pecho, bronquial o ganglionar,

es también un "mal de corazón".

¿Qué diremos de los trastornos nerviosos, de la histeria, etc.,

cuyos síntomas tienen la mayor parte de las veces una repercusión

cardíaca, real o

aparente~

Si a ellos se agrega el hecho de que muy

pocos son los que no sienten íntimo desasosiego al recordar la muerte

de sus progenito s por ese ma ' se tendrá una idea de la exten-

sión patológica ue barca dicho é

opular,

extensión que e tá

p r e

here-

ditaria, los descend

de

afección.

Contrasta con

la,.t!j~emta...

cripción, no sólo

:g~· ~~~a~O::

parte anodinas, e

sum) ' '; el ''té de

oja:s

o de or de naranjo (Citrus vulgaris o

Citrus aurantiúm) ", el "té de toronjil (Melissa officinalis) ", cuyos

principios químicos (aceite esencial, tanino, resina y mucílago le

dan propiedades antiespasmódicas y tónicas; y el ''agua de la raíz

hervida de artemisa (Artemisia vulgaris) ' ', que Mandouti aconseja

tomar con vino para "el cansancio o golpes del corazón".

No termina acá la lista. La terapéutica popular es, todavía, en

el renglón de tés, más abundante. Se prescribe, también, en estos

casos, el famoso "té de cedrón (Lippia citriodora)" y el cocimiento

de "flor de romero (Rosmarinus officinalis) " , esa plantita triste

y, sin embargo, tan cultivada en los jardines umbrosos de nuestras

abuelas,

y

de tan rancia prosapia farmacéutica, que el nombre de

uno de sus componentes químicos, el "oleum rosis marini", es capaz

(1)

OPrsso:

Remedios vegetales,

pág. 54: ''Gozan el concepto de

estimu·

lantes

y

antiespasmódicas''.