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beneficio proviene de la observación, pues, la gente ha visto que el

' ' suri ' ' come todo lo que encuentra a su paso y puede tragar y se

ha formado la idea de la potencia digestiva del ''buche'' o estómago

del avestruz. Esta idea, debió llevarla al campo de la medicina, ló..

gicamente, pues, si el ' ' suri'' o avestruz es capaz de digerir un objeto

de metal, el estómago de este animal puede muy bien ayudar al es–

tómago enfermo con sus potentes jugos.

Esta medicación,

eminentement~

organoterápica, es un honroso

antecedente de la medicina moderna, que emplea para las dispepsias

multitud de fermentos digestivos extraídos del estómago del cerdo y

de otros animales.

En Arequipa, Perú, según nos lo hace conocer Don Juan M. Cua–

dros, en su interesante obra ya mencionada en otras partes, usan

para curar las "indigestiones'' la infusión de hojas frescas de una

Labiácea semejante al "poleo" nuestro y es la conocida científica–

mente con el nombre de Mentha piperita. Esta yerba contiene

un

aceite esencial, tanin

·

· ·o amargo que le dan propiedades

carminativas esti

lantes, antiespas ó

y a omáticas, las cuales

son aprovechadas

curar las ' ' indige t ·

M:{:;....,....~~~...;:;:t...

loysia

perfuma–

antiguas

ón" para

Como excelente m

ativa para las "indigestiones"

se usa en el campo el 'té de aguaribay (Shinus molle) ". Esta misma

o semejante planta era empleada por los indios del antiguo Perú,

pero no en forma de té de hojas frescas sino usando la resina, a la

que desleían en agua.

Algunas personas preconizan también el ''té de yerba del ciervo''.

Sobre esta planta no tenemos noticias científicas.

&

Será la ''cabra–

yuyo" ( ?) usada contra las fiebres? No podríamos asegurarlo.

Naturalmente, al tratar de la "indigestión" debemos mencionar

algunas expresiones que traducen el predominio de algunos sínto–

mas, como las ''ardentías'' o vinagreras, estudiadas en otra parte,

las ''pesadeces'', los ''calambres'', etc. que descubren, con sus de–

signencias, la extraordinaria complejidad del problema patológico

resumido en este capítulo. JVIas, si es verdad que la gente hace dis–

tingos en el sentido que comentamos, desde el punto de vista tera–

péutico procede .como si se tratara de una sola enfermedad.