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LA HINCADURA
Son muy frecuentes en Santiago las heridas por espinas. Nuestra
riquísima variedad de plantas, por mandato imperioso de la natu–
raleza y el clima, está erizada de puntas, salvajemente agudas, que
constituyen su defensa natural. Hay pocas especies inermes. El resto
luce una bélica armadura de espinas, pequeñas, largas, delgadas,
gruesas o curvas como garfios y prontas para ensayar su aguijón
en las carnes del hombre que ha tenido la desgracia de olvidar ' ' co..
leto y guardacalzón'' de cuero, al entrar al monte.
Entre las espinas que "adornan" la flora santiagueña, existen
algunas particularmente "venenosas", por ejemplo, las del "molle
(Litrae gilliesii) ", del "vinal (Prosopis ruscifolia) ", y del "quimil
(Opuntia quimili)" que causan inflamaciones
y
edemas dolorosos.
,
a sacar espinas mas
en : ' hacer un oyo en tierra, al que se orina
.abunda .....n- ·,..e-m- en-;-e-.-,......-e-s_p.-ués de calentarlo con una brasa bien ardida,
se·coloca dentro del hoyo el dedo hincado para que reciba el vapor".
¿Hay
~omento
más práctico y mejor localizado que el de este proce–
dimiento~
Todo el vapor y el calor, sin dispersión, es aprovechado
por la parte herida, de modo que la defensa, provocada por esta
acción, se circunscribe a un punto reducido, en cuyo centro la espina
es aislada de inmediato. Formado el pus, si no ha podido ser extraída
la
espina, luego, con la presión se expulsa sola.
Aparte de este procedimiento se usan también los "emplastos de
-cera del oído'' o si no de ''guano de cristiano'' o de ''cera-trigo'',
como se llama el emplasto de estiércol de gallina, muy recomendados
por sus propiedades resolutivas (
~).
Esta medicina o, mejor, tera–
péutica nauseabunda, de la que hemos visto numerosos ejemplos en
esta obra, era común no sólo en España, donde se la utilizaba con
.fervor, sino en el antiguo Perú, donde los "comascas" o
"sancóyoc'~