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EL GOLPE
No es una enfermedad, propiamente dicha, aunque acostumbran
darle ese carácter a las contusiones o lesiones producidas por el
choque o acción de un cuerpo obtuso.
,Dichas lesiones son curadas de un modo muy sencillo. Si son
interiores "haciendo tomar al enfermo sus propias orinas". Si son
externas, aplicando sobre la contusión ''un papelito de astrasa un–
tado en miel u orina''.
El hecho de que nuestra gente use la orina
par~
curar los ''gol–
pes'' no tiene nada de extraño, pues, dicho remedio ha sido muy
empleado antes del siglo XVIII para toda suerte de maí y, en par–
ticular, para las mordeduras de serpientes y los dolores reumatis–
males. Y todavía en el siglo XVIII uno de los remedios de fama es,
sin duda, la esencia o espíritu de orina, con que se pretendía curar
no sólo los dolores· sino las más diversas enférmedades.
Es e
estinales. Sin em-
ún la clase de vermes
signaría más bien
ien~.ras
qu a t:en1as
y
demás vermes
recibirían
e 'lombrices'' o "lumbrices".
La
frecuenci~
con que se habla de ''gusanillo'' sin la constata–
ción en las heces de estos parásitos ni de sus huevos, como obligaría
necesariamente el diagnóstico, se explica por la creencia popular
de que toda persona flaca, que no aumenta de peso ni aún con la
ingestión abundante de alimentos, padece de ''gusanillo'' o ' ' lum–
briz"; dándose por probado el que dichos parásitos aprovechan
para
sí
el material nutritivo destinado al sujeto que los alberga.
¿Y qué idea tiene la gente sobre la etiología del
parásito~
El
' 'gusanillo'' proviene, según la opinión más difundida, de la exce–
siva cantidad de dulces que se ingiere, idea que debió nacer de la
observación de que los niños, tan particularmente golosos, son tam–
bién los más frecuentemente atacados.
En cuanto a la terapéutica se refiere existen en la medicina
:vopular numerosas formas y medios de actuar. Cuando se trata de