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el nombre genérico de ''nervios" y en los animales de "cuerdas",

acaso por la procidencia que forman bajo la piel

y

la tensión que

poseen en esas circunstancias, ·ni saben tampoco de las diversas causas

que pueden originar estas retracciones. Pero interesa enormemente

al ''curandero'' la aptitud viciosa que es su consecuencia

y

a ella

tiende el beneficio o la intención de la terapéutica que emplea. En

efecto, se trata de corregir estas deformaciones

y

para ello se vale

de grasas, ungüentos

y

pomadas diversas.

Un tipo de "grasa

n

muy usual es la que se obtiene "degollando

algunos perritos mamones

y

haciéndolos hervir en su propia sangre.

Una vez deshechos se junta la grasa o el aceite

y

se unta al enfermo

en la parte encogida. Después de refregarlo bien se lo tapa con una

bayeta de lana' '.

&

Cuántas ocurrencias como ésta no podrán surgir de la fantasía

popular, tan extraordinaria

y

fértil en la pesquisa de los más curio–

sos procedimientos

médicos~

&

Cuántas otras prácticas inverosímiles

no podrán nacer de las características de su

cultura~

El pueblo hurga

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que tal práctica t iene honrosos antecedentes

en la historia de la medicina. Nada menos que Ambrosio Paré, el más

grande cirujano del siglo XVI, recomendaba ''el aceite de pequeños

perros'' para el tratamiento de las afecciones dolorosas, parálisis, en–

cogimientos

y

heridas de arcabuz, consistiendo su fórmula ''en hacer

hervir dos pequeños perros, conjuntamente con una libra de vermes

de tierra, dos libras de aceite de lys, seis onzas de trementina de

Venecia

y

p.na

onza de agua de vida" (1). Y la misma "Farma–

copea'' de Lemery, consigna dicha fórmula en la composición del

célebre "emplasto diabotánum".

Nuestro tan citado Mandouti aconseja para los "nervios. encogi–

. dos'' la siguiente receta: ''Toma unos perrillos que estén mamando,

degüéllalos y con su sangre pónlos en una olla nueva con la agua

necesaria, tápala para que no evapore, y cuando estén desechos, écha-

(1) CA'BANÉS:

Remedes d'autrefois,

(pág. 76).