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Pero ninguno de los ya citados goza de tanta preferencia como
el "té de hojas de atamisqui (Atamisquea ·emarginata)"
~uyo
glucó–
sido por acción de un fermento da origen a un senevol.
Otros remedios, constituídos por animales o sus productos, que
oÍrecen un parentesco próximo con los utilizados por la magia, tienen
todavía gran -aceptación. Entre ellos, el más difundido para curar
el "empacho" es el "ratón o el pelo del mismo animal" (
1 ) ,
carboni–
zados e infundidos en agua caliente, de modo que puedan beberse con
azúcar.
Asimismo, el excremento blanco de perro ("guano de té"), ya
conocido en la medicina popular de otros pueblos para el mismo fin,
continúa gozando de los favores del pueblo en el tratamiento de]
''empacho' ', bajo la forma de infusión con azúcar quemada. Recuér–
dese que en el siglo XVII este remedio era sumamente empleado. Se
le conocía con el nombre de ' ' album graecum'' y se le preparaba
dando de comer a los perros alimentos a base de huesos, para que
los excrementos, se cargaran de estas. sustancias y fueran blancos y
friables (
2 ).
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reza una oración". Este procedimiento recuerda la práctica de la
magia medieval, en que el salmo interviene preponderantemente. En
cuanto al color rojo, ya sabemos el valor en que era tenido.
Cuando se trata de un ' ' quishquido'' el tratamiento es distinto,
como se verá en el capítulo pertinente.
EL ENCOGIMIENTO
La retracción tendinosa o muscular de los dedos del pie o de la
mano o de alguno de los miembros se llama: "encogimiento". Popu–
larmente nada se sabe de músculos o tendones, que son conocidos con
(1)
Ju.ANB.
AMBROSETT1:
Supersticiones y Leyendas
("los polvos del
ratón
asado son excelentes para el empacho", pág. 78).
(2) CAB.ANÉS:
Remedes D'Auterfois,
pág. 89.