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cia de coágulos cremosos o de "leche cuajada", muy naturales, por
lo demás, ya que los ácidos estomacales coagulan normalmente la
leche. Pero este proceso normal de la digestión
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considerado como·
un testimonio elocuente en favor de los que suponen nociva la mezcla
de las sustancias mencionadas. ·
Del mismo modo se ·considera maligna la ingestión de ' ' aguardien–
te y le<;he", de "aloja y añapa de algarroba con leche", productos
éstos, la "aloja"
y
la "añapa ", distintos por la graduación alcohó–
lica aunque no por la clase de algarroba que sirve para su elabora-–
ción, pues, mientras la ''aloja'' es una bebida fermentada de gran.
índice alcohólico, la ' ' añapa'' es un alimento que se obtiene macha–
cando la algarroba blanca con agua y se ingiere antes de que fermente.
Otro alimento ''peligroso'' es el huevo. No está en la costumbre–
general del santiagueño el uso del huevo en su alimentación. .Así
se explica que, no obstante su abundancia, prefiera ''mercar'' los.
huevos, antes que consumirlos. Quizás la razón de esta interdicción
(en el fondo de toda interdicción siempre existe la sombra de un.
temor) tie
encu~
e:
la forma
y
cantidad que se ingiere, pues,.
a desp cbo de los que cr ·e qR 1 pobl ción campesina es sobria,
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os huevos hacen
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· es decir, duros·
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No es. raro, pues,
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que se ingiere, pro–
, ' ce, seguramente,
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ea considerado "ta-
bú'' en a ma or arte e los casos y en ciertas condiciones.
.Aparte del huevo y la leche, existen otros alimentos que infun-–
den análogo temor. Uno de ellos es "la sandía y el vino", tan di–
fundidos por su peligrosidad en el concepto supersticioso que resul–
ta .imposible tomarlos juntos en ciertas. circunstancias.
El hecho de su malignidad es probado mediante la mezcla o·
combinación experimental que se realiza introduciendo en· un vasO'
con vino tinto una porción de sandía. De inmediato se produce el
endurecimiento de la fruta, según lo afirman testigos presenciales–
que nunca faltan,. con lo que quedaría demostrado que ambos pro–
ductos "no hacen miga".
.Algo semejante acontece con "la cerveza
y
la carne de cerdon.
Hay respecto de esta mezcla ''menos unanimidad'' prohibitiva que
para la anterior, pe:co, sin duda, la interdicción es grande. Nosotros
nos la explicamos por la glotonería general, en la que influyen,
· desde luego, ciertas condiciones ligadas a la naturaleza de las sus-