131
alguna yerba para enemas o ''ayudas'', la gran panacea casera de
las comadres, siempre tan cautelosas cuanto "comedidas", ante la
aflicción y el dolor de sus semejantes. En efecto, usa la ''malva
(Malva silvestris)" en estos casos y según
"v.oxpopuli" con muy
buenos resultados.
En Arequipa, Perú, la
"~al
va" es también empleada para las
"fiebres" en la misma forma, pero suelen agregar al cocimiento,
miel,
ac~ite
y una yema de huevos
(1).
Una "mediquilla '.' del Dto. Choya, aconseja· tas friegas con una
mezc~a
de "mostaza
y
aguardiente". Para que ·"surta efecto" la
mezcla debe efectuarse en el cuerpo del paciente, para lo cual, pri–
mero se lo refriega con la "harina de mostaza" y luego con el
aguardiente,
''calentado con la boca''. Para ellos, la curandera
hace un gran sorbo, que ingiere casi totalmente,
y
con el resto,
''rocea''
al
enfermo. No sabemos si con este procedimiento cura el
enfermo, pero sí, podemos afirmar, que la mediquilla no ha de
sa–
lir muy ' 'sana' '.
Cuando se tr ta
- e pro–
te, pues,
-++"""~"'~·do
de un
~aem~ del
perú
--------~~~Y~TO
La acumulación de gases de fermentación en el estómago e in–
testinos, con sus consecuencias: sensación de plenitud, molestias,
eructos
y
borgorigmos, ha sido denominada con la palabra, muy
antigua, de "flato". Algunos, más precisos en el diagnóstico, sue–
len distinguir la localización gástrica de estos gases con la que se
produce en los intestinos, a la que denominan simplemente ''ven–
tosidad''.
A nosotros nos parece obvia esta difereneia, desde que la pala–
bra ''flato'' corresponde a un gran número de enfermedades o,
mejor, de síntomas, producidos por el desprendimiento de gases en
todo el trayecto gastro intestinal, a causa del retardo de la evacua–
ción o de las fermentaciones de un contenido rico en hidrocarbo–
nados.
(1)
JuAN
M.
OUADROS:
Folklore botánico medici'f!'al arequipeño.