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go'' los restos del yantar o, en forma más práctica, alimentar con
ellos las aves y animales del corral!
Para nosotros, estas prácticas no son más que resabios del ce–
remonial ''tabú'', mediante ·el cual se inhibía la interdicción que
pesaba sobre ciertos alimentos o, por lo menos, se evitaba el mal
que ellos pudieran producir. Tal, la interdicción totémica en ciertas
tribus salvajes, y en las que el clan no podía comer la carne del
animal totem, a menos que esta prohibición conspirara contra la
vida o la reproducción (
J
osué de Castro, "Fisiología de los tabús").
En lo demás, creemos con este autor que la etiopatogenia del
"tabú'', y la superstición alimenticia lo prueba, rio es más que el
efecto de un reflejo condicionado por el miedo.
EL ENTUERTO
Esos dolores que siguen a la expulsión de la placenta. o "resto",
provocados
or la contracción del
u
tero, reciben el nombre de ''en–
tuerto
'. "Dicen que es
b
en 6 a na e n mil"
o
si no "la ayuda
de
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eca
al
·Es pa
vocabulario popular.
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ero la. fonética es se-
mejan e, por eso la mant nemos tal cual es.
El
iagnost1co sue e hacerse con cierta exactitud. En cuanto al
tratamiento, el pueblo vuelve por sus fueros ... las veces que puede.
No sabe olvidarse del "sapo" que usa como ·e:q. los casos de "cule–
brilla'' quizás por alguna remota analogía con esa enfermedad, aun–
que tiene un específico, bastante original, que consiste en "untarse
la espuma que le queda en la boca al ternero después de mamar".
LA ESCALDADURA
Este término, muy generalizado, se emplea para designar las
irritaciones de la piel, producidas por el roce de los vestidos con la
epidermis húmeda por la transpiración o la orina.
Las ''escaldaduras'' son frecuentes en el verano y, en particular,
afectan a. los niños de tierna edad a causa de la fragilidad de sus
tegumentos.