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~gen

totémico, incomprensibles en la actualidad, y los ceremoniales

·"tabús" aparentemente estúpidos y absurdos.

¿Quién podría investigar la causa por la cual la leche ofrece to–

davía resistencia como alimento entre lo basto del

pueblo~

Sin em–

bargo, el hecho es indiscutible. ·un gran sector de la población del

-eampo santiagueño no la utiliza al natural ni m.ezclada a otras sus–

tancias nutritivas, aunque la elabore para la confecciÓn de quesos y

-quesillos.

Los niños mismos no se benefician de la leche, después del destete,

:sino que pasan directamente a la alimentación general, con las con–

secuencias ' del caso. Ni aún es utilizada en los casos de enfermedad,

-en que se requiere un alimento tan completo como el que proporciona

, esta sustancia.

Acaso el origen de esta interdicción sea el hecho observado a

diario de que los niños, en el período de lactancia, sufren, más que

los adultos, de enferm·edades y t rastornos, debidos, naturalmente, a

-otras causas. Luego, el hecho de que los hombres rudos de la cam–

paña, hechos a la a ·

y:

os contratiempos, vigorosos y aguerri–

-dos, tengan pr scripta la leche de s

al· en ción habrá forjado la

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-dose a atribuir los síntomas producidos por la enfermedad, no a la

enfermedad en sí sino a la prescripción de este alimento.

Si

a ello se agregan los casos de "envenenamientos ' ', como se

llaman a las intoxicaciones por ingestión copiosa de comida y de

bebida, y en los que por casualidad se ha ingerido un poco de leche

eon los demás alimentos, se tendrá un cuadro apenas esbozado de la

magnitud que abarca esta interdicción.

Mezclada a otras sustancias alimenticias la leche también puede

producir diversos trastornos y poner a veces en peligro la vida del

hombre. Particularmente temidas son las combinaciones o mezclas

de "melón con leche", de "brevas con leche" (el "higo con leche "

no constituye ' 'tabú' ') , la "naranja y la tuna amarilla con leche".

Estas supersticiones alimenticias no son arbitrarias en todos los casos.

Es decir, no son antojadizas. Algunas veces se ha observado en el

vómito de personas que habían ingerido estas sustancias la existen-