[431-434]
M.-El mandamiento afecta por igual tanto
aJl.
varón
como a la hembra, aunque no diga más que "no desees la
mujer de tu prójimo" ,
[431]
aidemás de que en •este mun–
do se considera falta mis torpe el aiduliterio de ia mujer que
el del varón, por la mísma razón de que es más honorable el
pudor en la mujer que en los hombrés.
D.- Me dijiste antes que junto con [a fornicación se pro–
hiben varios pecados carnales.
[432]
Me gusta.iría saber si
se vedan también los pecados de pensamiento.
M.-Ya lo creo. Puesto que al p:r-ohibi:rse el deseo de adul–
terio se veda también este mismo pecado y, consiguientemen–
te, todos los demás pecados de Ja carne.
D.-¿ Y es pecado todo deseo de la mujer ajena, .aunque
no
.la
deseemos con .toda nuestra volunt ad?
M.-En el mail deseo pueden conourrir tres cosas, según
San Gregorio:
[433]
prime ro, siempre que el demonio in–
troduce en nuestra alma o en nuestra mente allgún mal pen–
samiento, de modo que con este mal pensamiento se compli–
que el deseo de obrar el mal; si nos r esitSltimos a este pens·a–
miento introducido por el demonio, y no nos recreamos en
ese pensamiento, entonces no sólo no cometemos pecado, sino
que, muy por el contrario, complacemos al Señb;r. Si nos de–
leitamos algo en este ma•l pensamiento sugerido por
el
demo–
nio, ent onces
el
pecado •es venial. Si, fin31Jmenrte, nos detene–
mos y r ecreamos en est e mal pensamiento y en esta delecta–
ción pecaminosa con todo nuestro corazón, a pesar de cons–
ta:mos posit ivament e que ello es malo, entonces cometemos
un grave pecado mortal, y esto es
Jo
que se veda en este
mandamiento.
[434]
Refiere fray _ Juan Raulin lo siguiente: Cierta mu–
jer piadosa , que pasaba su vida. dedicada al cultivo de diversas
virtudes, •em tenida por santa por un Obispo. Puso ésta sus
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