Previous Page  762 / 816 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 762 / 816 Next Page
Page Background

[423-426]

jo o precipitación. Pero •es, sin embargo, de advertir que no nos

es licito hablar más que para decir bien de los hombres en su

calidad de hijos adoJ?tivos de Dios.

D.--Cuéntame algo que tenga relación con la murmura–

ción, ya que es este uno de los pecados más extendidos.

[423] M.-Refieren Enrique Gran y el doctor Santoro

que había una vez dos amigos, de los que

el

uno, que era un

murmmador empedernido, y habiendo caído enfermo, era

vivísimamente exhortado a hacer penitencia por

el

otro com–

pañero, no hacía el menor aprecio de estos consejos, así

COIIIlO

tampoco parecía preocuparle gran cosa el hecho de que podía

morkse. Estando ya

-a

punto de morir, rogóle su compañero

que vdlviera y le contara la suerte que en el otro mundo le

cupiere, a lo que el enfermo respondió: [424] "Si se me

permite, yo te prometo que a los treinta días volveré y he de

contarte cuanto fuere de

mí."

Y así lo hizo, presentán,dose

ante los ojos del amigo semejante ail fuego ardiendo, a vista

de lo cual el otro de pavor quedóse como muerto. Y cuando

ya iba empezando a volver en sí, oyó

al

otro decir: "Yo soy

aquel tu desgraciado compañero. En vano ruegas a Dios por

mí,

pues que ya estoy en el infierno condenado paira toda

una eternidad." [425] Preguntó1e el amigo vivo qué ha–

bía sido de él después de morir, a lo que .el muerto respondió:

"Fuí puesto en presencia . del Supremo Juez, y allí vi mu–

chas ·aJmais má& fulgentes que el sol, que con las manos en

alto suplicaban al Señor que me castigara a

mí,

que con mi

"maJ:a" lengua de itantas ofensas y calumnias 'les ha:bía hecho

objeto." [426] Oído lo cual, el Juez, mi·rándome con rostro

·terrible ·a mí, acusado por mi misma vida y olvidado de mí

mismo y del

fav.or

de Dios, vine a morir y a parar luego a los

infiernos."

El mismo .Enrique Gran refiere haber leído en un libro

738