[137 -140]
D.-Exponme esto con a1guna semejanza.
M.-A pesar de que los atributos de Dios no pueden exac–
tamente compara:rse con· los corporales de este mundo, he–
mos de parangonarlos. Imagínate un lago formado de un
río,
[137]
que, a su vez, procede de una fuente. Como ves,
son tres cosas distintas entre sí, pero en el fondo las tres
son una misma cosa: agua. Pues así también Dios Padre,
en calidad de fuente, engendró a Dios Hijo como río. Y de
Dios Padre y de Dios Hijo se derivó, "ab a.eterno" , como de la
fuente y del río, el lago del Espíritu Santo. Y con todo, ni
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo son tres Dioses, sino uno
solo.
[138]
D.-¿ Y por qué llamamos Espíritu Santo a la ter–
·cera Persona de la Santísima Trinidad? ¿Acaso no son tam–
bién Espíritus Santos Ios Angeles y las almas de los bien–
aventurados?
M.-Se llama Espíritu Santo, con un nombre muy pro–
pio, porque es semejante "como
al
aire" (o a un soplo de.vien–
to).
[139]
Y
tle
llamamos Santo por ser autor de
todas
la~
-?lrnas, que llamamos espíritus y de iios santos. Pues aun entre
nosotros los hombres, aunque hay algunos padres santos o por
su gracia o por su virtud (como algunos obispos y padres) ,
no los llamamos, con todo, "Santos Padres", porque este nom–
bre sólo corresponde al Santo Padre que hay en Roma, por
·ser cabeza y príncipe de todos los demás Padres, y que debe
. ser el más santo de todos, por ser él quien demuestra en las
virtudes de su vida que es el Vicario de Cristo Nuestro Padre.
[140]
D.-Y siendo así que este nombre de Espíritu
Santo conviene también al Padre, ¿a qué obedece que nos–
?tros llamemos así a la Tercera Persona y no al Padre
ni
al
Hijo? ¿Es que, por ventura, no les corresponde este nombre
ni
al
Padre
ni
al
Hijo?
669