Previous Page  99 / 216 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 99 / 216 Next Page
Page Background

ZACARIAS MONJE ORTIZ

95

so de que chuqui

y

kgori fuesen considerados sinó–

nimos, porque a esto se opone una

circunstan–

cia muy interesante: que kgori· también es oro, en

quichua...

Apartada la incidencia,

retbmemos a donde

estábamos.

Si la memoria no nos traiciona, ,anduvimos

allí donde se dijo que los natural es de la región

paceña conocen la ejecutoria de la ciudad, para

ellos válida tanto o más que su potencialidad co–

mo La Paz edificada por españoles, patricios ) bo–

livianos. Prefiérenla

]K\'

su significado de

ma~a

prehistórica. Porque La Paz es én la América, si–

no la única una de las poquísimas ciudades alza–

das por el hispa¡1o

obre la base misma de una

otra, vi viente en presencia "de los cónquistadores,

de tipo y estructura ---y larga tradición preesta- .

blecida,-

autóctonos.

Saben los paceños que cuando el peregrino

de los contrafuertes andésicos o de las llanuras

altiplánicas

responde

a la

pregunta:

¿Dónde

váis? jamás dice, si Heva

enderezado~

sus pasos

hacia la utbe del lllimani, que "va

a

La Paz". Lo

que consta es que

va

al

Chuquiagu.

No suelta por

nada de la

vid~

el nombre prepaceño. Se aferra a

el con la misma inteligencia politica, con la mis–

m a superioridad humana que los itálicos s uperio–

res cuando, en vez de imperi o i'taliano, háblannos

·del nuevo Imperio de Roma. Para nuestros campa-:

triotas aimaráes, el Chuquiagu no ha muerto, pe–

se a les invasores blancos, o "blanquillos", como

risueilo

y

dichGso los llamaba en los días del sitio

de La Paz, el secretario de Su Señoría Poderosa

el \'irr.:-.y Tupakj Katari, don Bonifacio Chuqui–

mamani, explumario de la Curia Eélesiástica de