ZAC../\.RIAS MONJE ORTIZ
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de los ejércitos de Españ'a en el Coloniaje, no rrior- ,
demos la carnada tal como se lo peQs9 e imaginló
a,qu
1
el señoTón de capa
y
espadín, pues que ha)?ría
de saberse uno tonto de capirote, o mqlcle de .lo
mismo, para degludirlo sin beneficio de inventa- '
rio eso que escribió ,don Sebastián, de cabo a rabo.
Mas en lo que respecta a la tropa, armamento
y
etapas de los realistas, no se advierte qUe hava
. contrabandeo en el referido Diario, sino ha
d.~
ser que el señor Comandante, es posible q.u.e en in–
tendón segunda, anote con sqspechosa frecuen–
cia la escasez de arbitrios para acopiar municio..:
nes, lanzas, rifles
y
cañones; vivere. para
l ::~ s
tro–
pas
y
el vecindario en encierro. El síntoma de ellO,
es que tal declara desde antes de comenzar
~u
Dia–
rio y la campaña misma.
Afirma el Comandante de La Paz, que a l po–
sesionarse de aquel cargo se encontró con · que el
Corregidor Alipazaga, había in vertido
<;liez mil
pesos, de los famosos
chchaskas
(despeinaqos),
en la f undición de veinticuatro cañones pedreros,
la fabricación de "porción" (centenares, entende–
mos) de lanzas,
y
en la compra de metales poara
fund ir balines
y
piezas del equipo de la tropa,
y,
finalmen te, en la fabricación de pólvora.
Este informe, que figura en la página cuar–
ta, es decir en el zagu'an. misn10 del libro his tóri–
co que hemos m encionado,
d~sde
luego nos refle–
ja la clase de ti empos que er an acrueJlos. ¡Ah. los
dí as de una' mágica posil¿ilidad de autoabasteci–
m iento!
~ i res ucita~:an
Alipazaga, Segurola
y
todos
los q ue así se preparaban para una guerra for–
m al, con sólo preocuparse de las exi s ttnci a. en
m'–
cas de plata sellada o piña, se quedan en el sitio;
pues así de mortal sería su aso'mbro si conocieran
r .