ZACARIAS MONJE ORTIZ
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en la que convergen todos los climas y centralí–
zanse las producciones más diversas del Univer–
so, en lo mineral, vegetal y animal; pues es bien
fácil y pronto de' constatarse que, ' a
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dos horas de
automóvil, al norte y noreste de La 'Paz, se llega
a temperaturas glaciales , sobre· regic¡mes
minera~
de gran riqueza, y a tres horas de lo mismo, ha–
cia el sudeste y el oriente, el viajero arriba a zo–
nas de paradisiaca y aun tropical temperatura,
que son las de los Yungas, Mudllo y Loayza (Ara–
ca). Hacia el norte, ti
e.nelos im;nenSC\'>
valles de
Larecaja con los mejores estacionamieNtos de
cuarzo aurífero del mundo. De modo que, entre
norte y sud, pero hacia el Oriente, La Paz recibe
la producción de todos los climas y con materia
primera para las inás diversas
indu~trias
hull)a–
n as. De norte a sud, hacia el Poniente, la ciudad
del Illimani cuenta con llanueas aptas para la ga–
naderí a la hoya del Titicaca y, tras de la COt·di–
llpra Occidental, los desier tos próximos al mar que
siempre fué suyo; y en este lado,
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no sólo r iq ue–
za ganadera, o agrícola en menor escala, sino
t amb ién los gt·andes 'cerros
·~updferos
de Coroca–
ro y toda la provincia de
lo~
Pacasas; mármol y
grani to; mercurio y plomo, y una gloria inextin–
guibl e : la ciudad templo de Tiwanaca...
Es La Paz, por consiguiente, una piedra imán
centdpeta de un gigantesco territorio regional de
Bolivia, que centra liz a polivalentes producciones
y la proyecta, vía Arica, por el mar Pacífico, a
los confines del mundo.
E a carac terís tica geogr áfica, a los cien años
casi de haber clecaído el fab ul oso poderío de la
''Césaris polentiah a t·gen tífera, en 1780, era senti–
da por ame ri cano
y
for"asteros. La
referencias