ZACARIAS MONJE ORTIZ
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cía de Carangas, y tomó contacto con la actividad
de Tupakj Katari, hacia el
con~ín
meridional de
los sucasucas, entre las comunidades situadas por
Patac~maya
y Eucaliptus.
Ese mismo Y. último, cronológicamente señala–
do, movimiento, al coQcentrar su oferisiva contra
La Paz, mediante el establecimiento previo del si–
tio de dicha población, de hecho decretó su creci–
mi~nto
en esta forma: Al nacer en Ayoayo, y afec–
tar las provipcias de Sicasica y Loayza de la ac–
tualidad, su primer avance fué hacia el oeste
y
sudeste, con lo que ' conmovió a los aborígenes de
las provincias de Pacajes, Ingavi
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(Viacha; Guaqui,'
Tiwanacu, Laja). Al haber avanzado en esas pro-
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porciones, el intento del brigadier Segurola,
de
atajar la propQgación de] fuego
revoluci r nario
mediante sus golpes de mano, - organizados en
La Paz, aún libre al efecto,- del amanecer de 10
de marzo de 1.781, fué hasta cier·to punto .cando–
roso . El mismo lo declara, en cuanto
a \'iacha,
donde su comisionado coronel de mili cias, don
Manuel Franco, había degollado trescientos revo–
lucionarios nativos, que dicha loca lid ad sofrenó
sus impül\)os antiespañoles, mientras Franco
a–
campó en su plaza principal; po.r lo tocante a La–
j a, que los revolucionarios habían evacuado inte–
ligen temente al s'aber que Segurola estaba yendo
hacia el lugár en la forma más secreta
posible
(partió a media noche, y sin luces, del 13 de mar–
zo, desde La Paz) , pasado el efecto devastador de
la visita de Segurola, cayó otra vez en manos de
los kataristas·incendio v todo. Las retomas de am–
bos pueblos del oeste de La· Paz, tan al poco ti em–
po de haberlas perdido los rev<\} ucionarios, signi–
fican que éstos no se pisaban las mano¡; en cuan-