Previous Page  87 / 216 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 87 / 216 Next Page
Page Background

ZACARIAS MONJE ORTIZ

83

'

sacristán de Ayoayo, ese para muchos historiado-

res bolivianos, y• de América, inédito apedreador

de enemigos que le replican en las batallas con

proyecciones de plomo por medio de

armas de

fuego; ese adalid, es uh valor sugerente e ilustre.

Y

su recuerdo llegó fanto más hasta conturbarnos,

desde que advertimos que

estaba condenada su

actuación a permanecer o mal tr'azada o envuel–

ta en silencios nacidos del mal de ausentismo aue

padecemos los criollos en todas las repúblicas ibe–

roamericanas, y mucho más en Bolivia.

De ahí que este libro con varias dificultades

adquiere volúmen; porque cada mensaje, carta o

decreto de la Serpi ente GU¡ia, del sucasuca Liberta–

dor, illi\·ila a profun dizar en las san.tas <¡;avernas

de su alma arrodillada ante su esencia divin a,

y

hace qu e nos an toj emQs de ca

m

t-arle loas y rnás loas.

Y

por fuerza hemos de alejarnos del brote de sen–

timientos en absoluto propicios a es te hér oe. Así

lo m anda la austeridad del trabajo

y

ese pudor

de l hombre que enfría a rdores

y

dosifi ca elocuen-

cias.

·

El sel1or brigadier Segurola, en la plaza sitia–

da v embes tida de Kues lra Señor a de La Paz, se

puede decir que tení a en su

a ~r uc\a

la élile social

de dich ::! Yilla . lln a sue r te de c01·lc, afli

gida

per o

brillm·'l, rud .:aba al Corregidor,

y

en cua

n.to

ll egó

el

Com ~

nda nt e. aquel ·e quedó de cortes

an o

y Lo–

dos p saron a la sombr a del gu errero.

La c ruz de Santi ago, su.

título. milita res en

ord n,

y

su decente famili a, ll ena ron de compla-