ZACARIAS MONJE ORTIZ
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res de este país, porque ellos han seguido el rum–
bo de los otros, los del Coloniaje, que a los hechos
y
dichos de los nativos jamás les dieron mayor im–
portancia que la merecida por acciones de escla–
vos. El caciquismo intelectual en la rep'ública de
Bolivia persiste,
y
si la gente culta de esta demo–
cracia se confiesa boliviana lo - declara siempre
con la reserva mental de que no cuenta con Jos
aborígen-és, o se.a co.n los más auténticamente bo-
livianos.
-
El Coloniaje nos ha dejado en -muchas tierra·>
del Hemisferio Occidental el mal del auserftismo
más complejo. Seguimos mirando a las América·;
como lugares del mundo donde hay que vivir de
tránsito y
hácr!r
del modo más veloz
la América.
Esta es elaboración eurOJ)ea desde aquellos tiem–
pos· en que _Europa era ama absoluta de la totali –
dad del
Conti-nent~;
la iml)igración oaudalosa a
ciertos confines sudamericanos, después de
)a ·~
respectivas emancipaciones, ha continuado con ese
apetito econó1pico, que es un repudio a la virgen
atlanteoide.
Pocas son las almas americanas que
versifi ~
can, prosean, pintan, esculpen, tallan, musical(
zan, construyen o sienten, en calidad de hijas
d ~
nuestra A-mérica. Hay un falso pudor de hacer de–
claración de amel'icanism<> en nuestros grande:;
mundos, porque están presentes losr. inmigrantes
que de pulperos; lecher os o verduleros, se enrique–
cieron <.;on rapidez
y
presionan en los círcu]c ,¡
bancarios
y
sociales para que perdure el despreci
>
a lo americano. De esto y otras facetas del
mism ~>
problema, proviene, en el caso, que Julián Apasf' ,
para todos los que hablaron en·sus
ana~es
con nom .
bre <;le
Hi~toria,
de los siglos del Coloniaje, fué