ZACARIAS MONJE ORTIZ
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añadir los cinco días
y
fracción de día que com–
pletan el año solariano,. no detallable acá porque
sería impertinencia.
Los dieciochQ winales, cubren la marcha apa–
rente del sol visto desde la Tierra y constituyen
la unidad
.Tun.
Es tun un valor calendeogr1Hico
solar.
En aimara y quichua, no hallamos así libre y
suelta a esta palabra
llln,
sino adherida a otm que
le hace de subfijo: Así, en el vocablo tupakj.
Tu,
raíz de tupakj, es también· primera ·mitad del tér–
mino
tunu,
y con la fracción pakj, forma una pa–
labra,
tupakj~
que significa destello soiar. Añáde–
se que pakj, es originariamente
paca,
en
aimara,
y que paca quie ·e decir águila
(1).
De este mQdo,
Tupakj es térmiljlo alusivo a una
~ta
dignidad te–
rrestre o humana, que fué el distiativo de un inca
Yupanqui ,
y
que, milenios antes de ese rey que–
cima~
aparece en su
pi·~mera
sílaba en el nombre
de dos profetas sudamericanos, Tunupa y Juyus–
tu, ambos considerados como nacidos del mar o
del lago Ti ti caca, con rango de verbos o emisarios
del sol transcendente para iluminar
la conscien–
cia de los sudame1•icanos.
Paremos aquí de traer más justificativos idio–
máticos, modernos o arcaicos acerca de la palabra
tupakj,
y
pasemos a considerar, también de lige–
ro, el' término katari. Así sé denomina
a la ser–
piente en aimara, y en quichua se ·llama
amaru.
El
idioma aimara distingue pal'ticularmen te con
la
(l)
La paca es animal del sol. en Bolivia arcaíca. como en Eg¡ipf
to el qavilán de Horo.- N. del A.