ZACARIAS MONJE ORTIZ
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Sería interminable, si hubiera de deciros todo lo que ocurre
sobre el particular,"
Se ha tomado esta referencia, - en la cual se ·
habla
~el
PerÍI
y
que entonces se componía del Al- ,
to
y
Bajo Perú,
y
por tanto se comprende a Bolivia,
-del libro
La Logia Lautaro
y
la Indeperidcncia
de América,
por Antonio
R.
Zúñiga (1,922). A pe–
sal' de venit· las palabras antes copiadas de un
provinciano del Sur, que murió sin pena ni glo–
ria, precisamente por eso las hemos transcrito,
pues- denotan la reacción de un modesto ciudada–
no de la recién liberada o por liberarse América;
comprueban cómo no sólo los caudillos, los varo–
nes eminentes, cuyos nombres reverbet·an en las
páginas de la Historia, sino que tambiém los discre–
tos y desconocidos hombres de aquel · tiempo,
1:11-
za.ban su voz- contr a Jberia ·
y
ponian de manifies-
to los justificativos de su conducta.
·
•
No citen:Íos más a nadie. Esto es bastante
·P~ra darnos idea de lo que era el escenario amet·i–
cano bajo el oprobio de un coloniaje que oprimía
y
asfixiaba a nuestros antepasados por la tiranía •
comercial, el trabajo forzoso --sin
retribución~,
las confiscaciones absolutas d·e la propiedad de los
autóctonos, el monopolio de los cargos administra–
tivos poi· los españoles; la intolerancia religiosa
-por medio de sn Santo Oficio- , la carencia to–
tal de elementos de instrucción enlt·e las gentes
de la masa populat·
y
la mesocracia,
y
mil limita–
ciones más que hay que pasar por alto. Miremos
un poco, ahora, pot· eL centro de atracciones de la
liberal aventura bélica de Tupakj Katari, constituí–
do por Ca Paz, gobernación e intendencia del
Co-