ZACMIAS
MONJE ORTIZ
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bajos de índole religiosa, que lo pusieron en con–
tacto con algunos ancianos de su estirpe, los cua–
les, aunque ya no tienen la ciencia ni la capacidad
realizadora .de los antiguos amantas (preincaícos,
se entiende),' conservan muchas reliquias lexico–
gráficas denfro de los cofres que constituyen sus
tradiciones y. memorias, tesoro que solamente re–
velan a quienes dan prueba de amor a su nativa
tierra y a ella pertenecen por raza, cuna o real
simpatía a las claras demos.trada. Ante los de-
más
~o
despegan los·labios.
.
Tep.emo~
ya a Julián Apasa,, listo en Ayoayo,
munido de apelativo prócer; ahora podemos intro–
ducirnos en el campo mismo de sus actos franca y
categóricamente revolucionarios, los cuales no fue–
ran bien enjuiciados sip conocer el sentido .telúri–
co de los impulsos de su causante.
Lo principal, empero, es que permanezca una
concl usión en vista de todo lo advertidó y exa–
minado,
y
es que fuera de que Julián Apasa, no fué
ningún sedicente, al .tomar cuerpo la campaña li–
bertadora en el tel'ritorio bolivjano, y al ser obte–
nida la liberación, en
1,825,
debe ser ¡:evisada la '
justicia histót
:i.cay concedérsele el puesto que me–
rece como caudillo de fuste, aunque habrá sido su
conducción militar un fracaso, por temerarios a–
rrestos suyos, que no condijeron con los elemen–
tos materiales que acopió para la guerra, ni con
los de su enemigo español; falla que acrece si se
conside1:a que los colaboradores que eligió a lo más
alcanzaban el gi'ado de agitadores o montoneros,
si bien valerosos como su jefe; carentes de los ru..
dimentos tácticos de un simple soldado español de
la época.