ZACARIAS MONJE ORTIZ
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lo a la presión ej,ercida por ellos pudo realizarse.
No fué una prenda ofrecida por los sitiadores e:>–
pontáaeamente. Había que
hac~r
prisionera a la
india, - dice el frayle- ; había que atrapar y
degradarla a esa mujer superior cuyas manos- be–
saba muchas veces al
día~
el ladino. El caso sola–
mente pudo producirse despué¡;
de una derrota
grave de Tupakj Katari, bien especulada por los
españoles puestos en la posibilidad de ahorcar, a
destajo, en el sector de batalla d el Alto de Potosí,
apenas.
La prisión de la Virreyna apresuró la desgra–
cia de su esposo. Fué la muerte moral misma del
Libertador Tupakj Katari.
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