Previous Page  154 / 216 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 154 / 216 Next Page
Page Background

150

SUCASUCA MALLCU

urde intriguillas de costurera para triunfar en pe–

lea de hombres.

Digan lo que digan de esta fecha d¡el Sitio de La

Paz, Segurola y todos los blanquillos, nadie

les

quita lo bailado a los sitiadores, y jamás se borra–

rá de nqestra memoria el gesto respetable, en su

candidez precisamente; modo que es y lo recibi–

mos como flor arrojada a los pies de las actua–

les mujeres de América por su adh<>sión apasiona–

da a la eterna libertad del Continente, tantas ve–

ces perdida y otras tantas rescatada, por encjma

de muchos espantos, a costa de los sacrificios más

íntimos y poderosos de nuestros Libertadores.

*

Viene por acá a presentarse an1e n uestrá con–

sideración, el cómo y en cuánto habrá: conseguido

que pierda tesón el jefe sucasuca en la demanda,

la llaga de su fracaso subj etivo Desde luego, será

conjeturable

qu~

la prisión de la Virr·cvna era pa–

ra él un problema de emotividad priv da, que fué

ligáBdose al desmedro de su decoro

y

ra11go de

hombre responsable de una

~ran

empresa. Los es–

pañoles, pues to el caso dentro de una fría reali–

dad política, acertaron y se ayudaron mucho por

medio del triste expediente que emplearon contra

l a causa de los

ay~aráes.

La Virreyna, por otra

p arte, presa, significaba a más de la lesión cordial

que habrá causado

padecijllientos·

al.

Jefe,

una

ofensa a toda la hueste de los sitiadm:es; agravio

que, cuanto más tardase en ser lavado máS hería

la moral de los revolucionarios: He ahí cómo un

episodio, de felonía, personalísimo,

que toca

a