ZACARIAS MONJE ORTIZ
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paña aludida, de parte de los hombrt1s técnicos.
El ejército de Bolivia era' tan imperialista y _que–
ría abusar de un pequeño país en tal grado, que
ignoraba la existencia del mortero de trincheras.
Y el ejército enemigo nos obligó a incorporarlo
al sistema de nuestra defensa.
Bien, pues, el cañón pedrero es o fué, mejor
dicho, un tubo que había quer cargarlo, no p-or 'la
culata sino por la boca, y en
vé~
de carcazas de
acero que desparrama el proyectil de un morte–
ro de trincheras, el pedrero, pues, encajaba, en la
hum.anidad del enemigo, ·piedras. ·
El mortero es acérico; el pedrero fué de bron–
ce. De lo que vino el apuro de los p1·esuntos sitia–
dos para
:¡tdquir~r
cobre, estaño... Y hay que reco–
nocer que cuando negaron los refugiados de Coro–
coro a La Paz, fué entonces
q t~e s~
obtuvo el bron-
~
ce mejor templado conque se vacia'ron los pedre–
ros, que brillaban al sol como •tubos de oro. Alipa–
zaga lo·, fundió en número de veinticuatro,
y
Se'–
gurola encontró todavía · diez mil pesos realengos
de los veinte mil votados para los ]_!)rimeros apres–
tos bélicos. Es. de presumir que con el resto de
plata que se, indica y con otras, sumas de dinero
de que se ,echó mano, como el proveniente de mu–
chos albaceazgos, fundaciones, etc.,
Ae
seglares
y
religiosos, se haya 'podido vaciar
m~s
unos treinta
cañones pedreros.
La piedra seguía dominando en el armamen–
to de europeos y de americanos. Pero con una di–
ferencia: (l ue
~a
piedra de los del despótisrno er?l
proyectada desde un cañón por
la:
acción expan–
siva cle los gases de la pólvora integrante de la
carga respectiva. Y la piedra revoluciomtria lle–
gaba a ·los sitiados por virtud de las hondas de