pacasa
Y
el lupaca.s. También se han. descubierto raíces aymaraes en
el araucano, el cacán y el pilagá contemporáneo. donde la voz
iua -
mujer, es aymara puro. de
hiwa _
lo bello, lo lindo dada por Villa–
mil de Rada como raíz de Eva.
Con respecto a los idiomas correspondientes a la cartografía lin- ·
güística de la actual región de Cuyo, se ha estaBlecido que el allen–
tiac, de los huarpes (San Juan) y ell millcayac de los puelches (Men–
doza). son dialectos de la misma familia como informa el general Bar-,
tolomé Mitre. Y de conformidad con las investigaciones de Cabrera,
se sabe también que esta nación estaba integrada por los oycos y los
tehuelhets o patagones que llegaron hasta el lago Nahuel Hua.pí des–
pués de sembrar de nombres quíchuas. aymaraes y araucanos, las co–
marcas mendocinas. sanjuaninas y riojanas.
Ovalle sostuvo igualmente que los huarpes, cuyas parcialidades
tomaban el nombre de cuyunches (gente de los arenales). puelches
(gente del Este) , picunches (gente del Norte·). huillinches (gente de
los pinares) y ranquelches (gente de los cardales) ha.blaban un idio–
ma que difería del araucano semejándose mucho al que se hablaba en
el Tucumán. ' Ahora se sabe que estas lenguas eran el quíchua, el ay–
mara y el lule-tonocoté.
En cuanto a la actual región riojana, que habitaban los olon–
gastas o diaguítas, ya hemos dicho qu'e en sus lenguas existían nume–
rosas voces quíchuas y aymaraes. cuyas civilizaciones habían asimila–
do al decir de Cabrera, lo mismo que los michilingües, de idéntica fa–
milia.
La misma voz
diaguita
denuncia origen aymara o yunga. Es, des–
de luego. una palabra compuesta de
thia1,
lugar lejano, idea de espa–
cio, tiempo, inmensidad y
kita,
fugitivo, cimarrón, según la acertadí–
sima definición de Lizondo Borda apoyado en Ludovico Bertonio, como
podrá comprobarse en el texto.
Y
thia
aparece frecuentemente en la estructura primitiva de mu–
chos otros nombre s como en
ti
de la palabra Tiahuan.aco cuya descom–
posición fonética sería:
thi -
wana -
kay -
de Dios es ésto; en
querantian,
de
qhue:ura1 -
tierra templada y
thian,
venido de muy
lejos, de las tierras templadas de los Andes, convirtiéndose más tarde,
según Antonio de Acevedo en denominación de los
querandíe.s.
de La
Pampa; en
thia baque -
pueblo sito en los confines de'l mundo;
po–
romthia -
lugar lejano de las tierras vírgenes;
calan thia,
lugar le–
jano de las piedras;
allentiac,
de
aUin·thia,
rama deslizada de las
tierras lejanas.
~En
Santiago del Estero es muy común la frase ayma–
ra-quíchua:
maipi tacu thian? -
en qué lugar aparatado hay alga–
rroba?
En
lule-tohocoté
tiá
significa "por aquí" y en indo-antillano
~s
radical de alto. elevado.
En los idiomas aborígenes de la cuenca d.el Río de· la Plata
y
La
Pampa se han !ogl'ado algunas referencias del guachf, el guat6, el
carajá y, sobre
todo el chechehet
(bonarense)
que empleaba
la
partícula
hati,
derivada posiblemente de
hatha,
aymara de tan vastas
y sugestivas influencias; el grupo
het
(pampa) y el
ch.aná
de la mar–
gen derecha del Paraná y las islas del Uruguay que figura según Ca–
brera y Dardo de la Vega Díaz en "boca de las naciones quichuizan–
te del Tucumán. como en las de los indios araucanos y hasta en el
vocabulario social de algunas lenguas rioplatenses. reminicencia de
aquella. sin duda. que a\!ostumbraba apellidar a sus vecinos
y
princi–
palmente a sus enemigos y más que todo a sus tributarios o prisioneros
esclavos:
chaná
o cambiando este epíteto por otros no menos injurio–
sos. como chaná - beguá - negrq bellaco; chaná - timbú - negro timbúe;
chaná - baguaes - negros salvajes".
Habiendo sido el Chaco centro de aluvión de innumerables razas
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