obstáculos susceptibles de alteraciones que. felizmente. van desapa–
reciendo a medida que la mentalidad europea se coloca en un plano
menos irreductible con respecto a la evolución de la lingüística en su
estrecha relación con la historia, la astronomía. la botánica, la zoo.
logía, la religión. la filosofía, la geografía, la sociología. las mate–
máticas y hasta la bioquímica. americanas.
Era necesario, pue.s, a esta altura de las investigaciones, colabo–
rar modestamente en la -c-l-asificación lógica de las lenguas precolom–
binas. por intermedio de un método comparativo. Con esta aspiración,
hemos dedicado cerca de nueve años a la ímproba tarea de reunir en
una obra como ésta. el mayor número posible de voces quichuas, ay–
maraes. araucanas, guaraníes y lule-tonocotés, sin excluir algunas. pa–
labras del allentiac, el pampa, el ona. el tehuelche , el mocobí , el
toba, el mataco y ell chaná. cuyos abecedarios se consignan.
De los monumentos lingüísticos de Honorio o Miguel Angel Mos–
si, en el quíchua; de Ludovico Bertonio en el aymara; de .Aindrés Fe–
brés, en el araucano; de Antonio Ruíz de Montoya, en el guaraní y
de Antonio Machoni de Cerdeña, en el lule-ton.oc.oté, hoy totalmente
agotados o carísimos, hemos extraído todo cuanto se ha considerado
de utilidad para el investigador, conciliando sus ortografías con la
colección tipográfica de la casa impresora -precaria en signos espe–
ciales- y el fonetismo creado por otros autores que, abandonando
por ejemplo el frecuentísimo uso de la zedilla· en la e para represen–
tar la s sibilante o ·la z se aproximaron al desénvo.Jvimiento con que
los sonidos, en sus transformacion es naturales, tomaron actualmente
formas gráficas en el castellano. Teniendo presente también que en
la mayoría de los idiomas hablado . cada palabra representaba una
idea, se han conservado casi todos los arcaísmos y
las adverten–
cias, observaciones y datos allí contenidos, a fin de dar a la obra,
en este aspecto de su arquitectura lingüística, la jerarquía de una
verdadera reimpresión de aquellos admirables textos, esmeradamente
cuidada por el copista.
No conformes con esta labor se ha hecho. finalmente, una minu–
ciosa comparación de las palabras recogidas de estos cinco idiomas,
con las reunidas en otros textos antiguos y modernos y en las anota–
ciones personales que, poco a poco, dieron categoría excepcional
~
nuestros cuadernos de apuntaciones.
En numerosos casos se destaca la fonética y grafía de cada vo–
cablo. en dos o tres etapas de su evolución morfológica. con lo cual
se ha llegado a consignar las r enovaciones o diferencias fundamenta–
les. los préstamos por contacto de otras lenguas, las estructuras gra–
maticales de cada una, los sufijos
y
las partículas, las trans,misiones
por calco o intercambio, los casos de polisemia. los "doublets", las
diversas modificaciones sufridas según las relaciones sociales. los ofi–
cios y los utillajes a que fueran sometidas; las voces superpuestas
y
sus principales colecciones de onomatopéyicas, etc.
A veces, una sola acepción castellana tiene en el texto. dos, tres
y hasta cuatro o cinco expresiones americanas; curioso fenómeno que
ha de atribuirse a la evolución de las palabras asociadas a otros gru–
pos del mismo dominio lingüístico . En estos casos se le asigna todo el
valor simbólico al sentido tradicional definido de vocablo, junto con
sus derivados
y
complementos. En otras partes resaltamos el tipo que
fija el significado propio de la palabra, tal como está grabado en los
diccionarios y vocabularios contemporáneos y su correspondiente raíz.
de conformidad con las ideas que él expresa en su lengua racial o
sus lógicas transmisiones .
.Se 1encontrarán también con frecuencia palabras que ·reflej'en
sentidos homónimos o distintos. pero ésta particularidad no debe sor-
-14-
•