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- 77-

creencias, de las tradiciones

y

los ritos, la modificacion de las cos–

tum.bres autoctonas

y

la conversion, a todo trance, de los naturales

al catolicismo.

En total, un despojo mate.rial

y

espiritual a que se sometia a

la raza vencida. Si, un verdadero, largo

y

sistematico despojo, en

· que los tesoros materiales les fueron arrebatados avara

y

desembo–

zadamente; y

~n

que los tesoros espirituales, los magnificos, fulicos e

invalorables tesoros espirituales; naufragaron en la borrasca de la

conquista destructora.

El proposito de los militares fue dominar

y

arrancar teso·

ros; el de los clerigos, catequizar, '' extirpar la idolatria ", destruir

lo existente para implantar los Evangelios; el de los legistas,

infor–

rnar

de todo lo necesario al buen gobierno de los Virreyes y el me–

jor rendimiento de los tributos. Algunos cronistas, los menos,–

Acosta, Cobo, por ejemplo,-guiados quiza por el deseo de servir

mejor a

SU

patria, solo Se preocuparon de describir el pais, minucio–

samente, en su aspecto fisico, en su fauna

y

en su flora.

Asi la historia del antiguo P eru quedaba circunscrita a la

apuntacion de hechos militares, a anotaciones de orden administra–

tivo, a estudios geografico-descriptivos

y

a meras referencias en lo

que respecta a lo cultural.

Razon poderosa fue tambien para el desprecio de las culturas

de America la enorme diferencia, la diametral oposicion entre el ca–

racter sicosociologico de la civilizacion espafiola y el de la civiliza–

cion peruana.

Los hombres de la Espana del sigk> XVI eran todavia la pro–

longacion del tipo medioeval, imbuidos del ideal caballeresco; cada

uno era el guerrero audaz y valeroso, que se empefia en dificiles em–

pre as y desafia los peligros; que si reverencia a su Dios, obedece

a u rey y se inclina ante su dama, tiene el mas alto concepto de la

personalidad, alienta el orgullo, se siente imperativo y vive gozoso

de la libertad de su

yo.

Era una civilizacion esencialmente

indivi–

d11alista,

n .que por todos fos medios se propendia a la exaltacion

de las cualidades personales.

Frente a esta nota individualista de la sociedad espa:fiola, apa–

rece, como una antitesis, extrafia, baja, absurda, la correspondien–

te de las poblaciones peruanas, con su organizacion colectivista, con

la preponderancia del grupo o del Estado paternal, en que el incli–

viduo, se dirfa., no existe; esta perdido, ahogado o confundido en

la masa.

El

mitimae

no es sino una particula del gran todo. Sometido

primero arrancado de su provincia luego, acepta sumiso el yugo