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segun dice ·Markham (ob. cit.), "lleg6 a tener completo dominio del

quichua y fue interprete de la Audiencia y de varios Virreyes'' .

En

Siima

y

Narraci6n de los Incas

refiere Betanzos como a la

muerte de Viracocha Inca, su hijo y sucesor Inca Yupanqui, orde–

n6 que se

GO!/ntpusiesen cantos

que a la vez que solemnizaran los fu–

nerales,

reme'l'lio1·aban los hechos del fallecido

: '' . . . . .

e ansi mismo

mand6 a estos mayordomos e a cada uno por si, que luego

hiciesen

cantares,

los cuales cantasen estos mamaconas e yanaconas en las

loores de los hE'.chos que cada uno de estos Sefiores (los Incas) en sus

dias ansi hizo, los cuales cantares ordinariamente todo tiempo que

fiestas hubiese cantasen cada servicio de aquellas por su orden y

concierto, comenzando primero el tal

ca%tar e historia e loa

los de

Manco Capac; e que ansi, fuesen diciendo las tales mamaconas e

servicio, c6mo los Seil.ores habia:i;i sucedido hasta alli, y que

aquella~~

fuese orden que tuviesen desde ahi adelante, para que de aquella

·manera hubiese memoria de ello

y

sus antigiieclades ............. .

. . . . . .Todo lo cual fue hecho a i desde entonces hasta el clia de

hoy que lo hacen oculta e secretamente .. .... .. ... .. .... . ... . ... .

" ... ... E desta manera, mzo este Senor (Inca Yupanqui) en e te

dos cosas: la que hizo que sus pasados fuesen teniclos y acatados por

dioses, e

que hubiese memoria dellos;

lo cual hizo porque entendia

que lo mismo se haria del despues de sus dias" (pag. 196).

En otro lugar, tratando de la instituci6n de las fiestas del Sol,

dice, luego de anot-ar las ceremonias : '' . . . . Y c6mo esto sea hecho,

los sefiores que alli estan, comiencen su

ca;n,t'o

y toquen sus atambores;

y despues de haber cantado y holgado, sientense todos asi en ala

como estan y beban cada uno dos vasos de chicha

y

otros dos ansi–

mismo ofrezcan al Sol, derramandoles delantes de la alabarda , y

dende a poco levantense y tornen a u cantar; en el cual canto ban

de dar grandes loores al Sol y rogarle que a su pueblo e a sus nove–

l es (los nuevos orejones) guarde e aumente; y este canto acaba–

do, tornen a beber. Y esto han de hacer treinta dias, desde el dia

que cornience (pags 169 y 170) .. . . . .. . ................. .

'' .... y

desde entonces lo continuaron bacer en la manera ya dicha,

hasta este afio en que estamos de mill y quinientos y cincuenta

y

un

afios. Esta fiesta y las demas que este Sefior constituy6, las uelen

hacer en los pueblecillos que estan en torno de la ciuda.d del Cuzco''

(pag. 112).

Aparte de estos datos, muy interesantes, por cierto, la Cr6nica

toda, escrita en un idioma extrafio y barbaro, como dice el Dr. Wiesse,

en sus

Civilizaciones primitivas del Perii,

na.rrando en una forma ca–

si dramatica, como observa Markham, la guerra con los Chancas,

'' apenas si es otra cosa que los fragmentos del gran poema heroico

qu~