- 32-
segun dice ·Markham (ob. cit.), "lleg6 a tener completo dominio del
quichua y fue interprete de la Audiencia y de varios Virreyes'' .
En
Siima
y
Narraci6n de los Incas
refiere Betanzos como a la
muerte de Viracocha Inca, su hijo y sucesor Inca Yupanqui, orde–
n6 que se
GO!/ntpusiesen cantos
que a la vez que solemnizaran los fu–
nerales,
reme'l'lio1·aban los hechos del fallecido
: '' . . . . .
e ansi mismo
mand6 a estos mayordomos e a cada uno por si, que luego
hiciesen
cantares,
los cuales cantasen estos mamaconas e yanaconas en las
loores de los hE'.chos que cada uno de estos Sefiores (los Incas) en sus
dias ansi hizo, los cuales cantares ordinariamente todo tiempo que
fiestas hubiese cantasen cada servicio de aquellas por su orden y
concierto, comenzando primero el tal
ca%tar e historia e loa
los de
Manco Capac; e que ansi, fuesen diciendo las tales mamaconas e
servicio, c6mo los Seil.ores habia:i;i sucedido hasta alli, y que
aquella~~
fuese orden que tuviesen desde ahi adelante, para que de aquella
·manera hubiese memoria de ello
y
sus antigiieclades ............. .
. . . . . .Todo lo cual fue hecho a i desde entonces hasta el clia de
hoy que lo hacen oculta e secretamente .. .... .. ... .. .... . ... . ... .
" ... ... E desta manera, mzo este Senor (Inca Yupanqui) en e te
dos cosas: la que hizo que sus pasados fuesen teniclos y acatados por
dioses, e
que hubiese memoria dellos;
lo cual hizo porque entendia
que lo mismo se haria del despues de sus dias" (pag. 196).
En otro lugar, tratando de la instituci6n de las fiestas del Sol,
dice, luego de anot-ar las ceremonias : '' . . . . Y c6mo esto sea hecho,
los sefiores que alli estan, comiencen su
ca;n,t'o
y toquen sus atambores;
y despues de haber cantado y holgado, sientense todos asi en ala
como estan y beban cada uno dos vasos de chicha
y
otros dos ansi–
mismo ofrezcan al Sol, derramandoles delantes de la alabarda , y
dende a poco levantense y tornen a u cantar; en el cual canto ban
de dar grandes loores al Sol y rogarle que a su pueblo e a sus nove–
l es (los nuevos orejones) guarde e aumente; y este canto acaba–
do, tornen a beber. Y esto han de hacer treinta dias, desde el dia
que cornience (pags 169 y 170) .. . . . .. . ................. .
'' .... y
desde entonces lo continuaron bacer en la manera ya dicha,
hasta este afio en que estamos de mill y quinientos y cincuenta
y
un
afios. Esta fiesta y las demas que este Sefior constituy6, las uelen
hacer en los pueblecillos que estan en torno de la ciuda.d del Cuzco''
(pag. 112).
Aparte de estos datos, muy interesantes, por cierto, la Cr6nica
toda, escrita en un idioma extrafio y barbaro, como dice el Dr. Wiesse,
en sus
Civilizaciones primitivas del Perii,
na.rrando en una forma ca–
si dramatica, como observa Markham, la guerra con los Chancas,
'' apenas si es otra cosa que los fragmentos del gran poema heroico
qu~