M
JOA-QUIN V. CONZALEZ
mudtos martires, pudieron desarmar aquel brazo
nunca
rendid~
a
la
f
uerza.. Los misioneros planta–
ron la cruz en lo mas alto de esas cumbres donde
habita el condor. Reino la paz,
y
hoy las comarcas
andinas presentan
el
mas seductor aspecto, con
SUS
templos sencillos, sus costumbres religiosas, donde
en
consorcio curioso se mezcla la fe cat6lica con
los
ritos nativos, pero flotando siempre encima de
todo la idea que llevo al Calvario al Hijo de1 Hom–
bre.