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JOAQUIN V. GONZALEZ
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la pa la bra de Dios.
i
Problema impenetrable es
ese,
sin <lu<la: la vanidad de nuestra miserable natura–
leza hllmana no se sacia jamas de poderio, de
~
plendores
y
de f ugitivas grandezas terrenales, mien–
tras
hay
seres que repudiando Io que
ella
adora,
in–
somnes eternos del pensamiento
y
de la hermosura.
luchan sin reposo contra las leyes de la vida, coo
la (mica esperanza de alcanzar
la
region de la luz
sempiterna, de
la
contemplaci6n infinta de la
be–
lleza originaria e imperecedera
!
Si; el condor es un ave simb6lica, de esas en cu–
yas formas
y
habitos los pueblos sintetizan los mis
altos ideales; el fenix mitol6gico era la encarnaci6n
de un estado del espiritu;
el
aguila representa otra
tendencia del alma humana; el c6ndor, hijo de
la
America, tan antiguo por lo menos como su edad
hist6rica, es la mas alta, la mas grandiosa reprc–
sentacion de .sus destinos en la vida
y
de los ca–
racteres predominantes de su naturaleza ;
y
limitan–
do Ia extension de la idea, puede decirse que
el
suia un emblema perfecto de las inteligencias su–
perio-:-es, de los que iluminan la marcha de la his–
t(•ria desde las alturas de! pensamiento puro, libr'!,
impecable, que no aban<lona la 6rbita invisible pero
real en la cual ejercita su fuerza increada, y desde
la cual envia a los hombres, en forma de creacio–
nes
y
de dogmas, las verdades · sucesivas, arranca–
das de misteriosas
y
primitivas fuentes .
l
D6nde estan esos focos de luz, que de tiempo en
tiempo, de siglo en siglo envian a la humanidad sus
rayos salvadores, encendidos como fanales para
alumbrar senderos desconocidos,
~n
la tiniebla don–
de se descamina
y
desorienta conturbar:la
y
desvi.i–
da
de los caminos rectos?
l
Por que cada uno de los