)LIS MONTARAS
""a potenda
igualitaria de pueblos, razas
y
costum–
lwes, que despues de cerrar toda
fuen.tede belleza,
concluira por abrir cauce a lo mon6tono
y
vul,qar.
LA TRADICION NACIONAI.,
donde el patritismo de
usted revent6 en llamarada fervida, es riqidsimo e.r–
tuche que salvara para los venideros el oro de mas
qitilates del tesoro argentinos
y
ahora en
Mrs
MON–
TANAS
pone a buen recaudo otra no escasa parte de
el,
en sus pintiiras de la familia patriarcal, de las
faenas agricolas
y
pastoriles, de las ha::aiias le_qen–
darias, de las costumbres
y
supersticiones populares
Por eso, aunque he cantado al progreso en a/g{m
momenta de extravfo, aplaudo sin reservas el ca–
pititlo X
y
sigiticnte,
y
no octtltare a itstcd que me
encuentro a mis anchas entre la familia solariega,
biblica por la sencillez de las costumbres, como si
f>or alli anduvieran Ruth
)'
Noemi,
-''
que rtmegarfo
de la civilizaci6n
MODERNA
si ella me apurtara de
aquellas bailes bajo el tala, de aquellos paseos
_y
hasta de aquel garrote de membrillo del Coronel Da–
vila en renida escaramuza con sus netezuelos.
Si mi hogar no fiiera tan feliz cuanto calJe serln
ffl
lo humano,
si
careciera de santuario
y
adoracio–
nes intimas, ;cuan envidioso estaria del payador del
capitulo XIII, du.efio del coraz6n de la mas criolla
de las morochas
!
La misma lira _qriega que, al d<'–
cir de Guido Spano
y
Cali.~to
Oyuela, ha cafdo en
mis manos de no se d6nde, no puede consolarme
de la ausencia de ' aquella guitarra que el
CANTOR
abandona en las fa/das de
SU
{Jrerzda,
y
mas cuando
usted nos dice que la niiia se mtro a su rancho hi–
riendo las cuerdas con las pttntas de los dedos
COMO
LLAMANDO
LA CANCION
AUSENTE.
Race usted bien de hablarnos mas adelante, para