Table of Contents Table of Contents
Previous Page  168 / 248 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 168 / 248 Next Page
Page Background

:H14.

JOAQUIN V. GONzAI,EZ

taja que

ru

propio plumaje multicolor y levisimo,

como el soplo de vida que anim6 sus formas

di–

minutas. Algunos, los que pudieron salvarse, antes

de huir de nuestra presencia, volaban a posarse

sobre nuestras cabezas

y

nuestros hombros, como

implorandonos un abrigo, aun a riesgo de encon–

trar una muerte mas dolorosa, como esas virgenes

indefensas, asediadas por el seductor tenaz, que se

arrojan en sus brazos, librando a su propia inspi–

raci6n

la

guardia de su pudor y su inocencia.

Asi caian sobre nosotros, desarmados por la

compasion; los cubrian:ios con nuestras ropas,

y

ellos se escurrian por entre los pliegues

y

se apre–

taban dentro de los bolsillos. Ninguno fue sacrifi–

cado, por mas que nosotros saliamos a eso, y la

{mica crueldad era para los mas hermosos, para los

que sabian cantar: reducirlos a prision perpetua,

dentro de una jaula, donde si bien gozaban de calor

y

de cuidados, sufrian la muerte lenta de la nostal–

gia de los bosques nativos: asi la libertad es el am–

biente de la naturaleza,

y

todos los seres nacidos

para ser libres, se sienten dichos0s de morl.r bajo el

furor de sus inclemencias, antes que vivir esclavos,

ann dentro de mansiones de oro

y

pedreria,

y

en–

vuel tos en dorados ropajes y en atmosfera de per–

fumes.

Por eso nosotros, que sin

sab~rlo

nos paredamos

a las aves de nuestras selvas, no podiamos darles la

muerte,

y

despues de volverles

el

calor cerca de la

llama del hogar, y cuando ya el sol habia templadQ

el aire y de:rretido la nieve, las lanzabamos de nue–

vo

al

espacio, para que fuesen a continuar sus amo–

res, sus trabajos y sus destinos. Tambien nos que–

dabamos tristes despues que se iban, porque ya em-