MIS MONT.A.BAS
vierte en todo lo animado, cuand'o el ha.z de oro
del sol devela al
fin
la 0ora tanto tiempo forjada
en
el
secreto inviolable de las nubes
!
Cincelado par
dclopes de mitologias desc<'mocidas,
y
levantado
par arquitectos fantisticos,
el
Famatina aparece so–
bre el fondo azul del firmamento como palacio d·e
nieve de proporciones inrnensurabl'es, de formaS·
inconcebibles, dejando ver cupulas deslumbrantes
de fuego y oro; p6rticos y arcad'as de vuelo inau–
dito; galerias caprichosas qrue desaparecen poF la
altura
y
la distancia; escaleras colosales, ya rectas,
ya
-curvas, ya en espirales y ziszas surcando como
serpientes
cl
inmenso cuerpo de la fabrica, comu–
nicando entre si los temples griegps con los •cas–
tillos g6ticos, los coliseos romanos <i:on fas forta–
lezas germanicas;
~
columnas enormes, sosteniendo
b6vedas . inverosimiles: piramides egipcias y mo–
nolitos incasicos; muros coma llanos, donde se ha
dejado de relieve la historia y las fiestas atleticas
de las habitantes fabulosos;
.y
las secciones del co–
loso arquitect6nico, separadas por abismos comu–
nicados ·entre si por subterraneos titanicos, a los
que se imagina horadando los senos <let granito re-
vestido de marmoL
.
•
Toda esto se contempla por breves horas, hasta
que
el
sol trasmonta la cima de un blanco reverbe–
rante y uniforme, matizado solamente por
lo~
re–
flej os irisados de la luz en los cristales de hielo;
y
a medida qu(! la fantasia va encontrando las se–
,..,,
~janzas
con los monumentos construidos por la
uaturalez.a en otras regiones del globo, o con las
creaciones inmortales del arte en las epocas
y
en
los
pueblos que ban destellado en la historia del
genero humano. Cuando alguna vez
la
luna puede·