Table of Contents Table of Contents
Previous Page  114 / 180 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 114 / 180 Next Page
Page Background

- 104-

La mu chac:ha sonrió. Y, como disimulando, se volvió

haeia. la loma, donde quedaba euterrada la cántara, como

p¡;¡.ra hacerle una despedida.

- ¡Ifasta la deshierha!

-Hasta la cosecha, dijo Benjamín.

_- Buc110; hasta la C'Oseclia., porque es mío el cántaro,

.\' puedo sacado cuando

~e

me antoje.

- Entonces

Y Benj amín le dij o al oído con pasión.

- ¡Hasta nue tra boda!

Rosalía se detuvo en sil encio, para quedarse un poco

atrás de la concurrencia. Y dijo al muchacho.

-Üyti,

Benja. Yo también te quiero mucho a ti.

Por esta ve' su voe; te11ía una dul ce inflexión.

- ¡Negri !

- iBenj a!

Y e est

'EK~ha.i·

n la mano tiernamente .

Oye, i ui.o a muoh.acha. Bien dice ·. Allá queda nues–

tra chicha de boda. Sacaremo. el

c~ntaro,

cuando vol–

vamos del altar.

- ¿Sólo allí?

-Sólo allí.

-¿Pal abra?

-¡Palabra!

Benj amín se extremeció d@ alegria. Era el primer a–

rrebato de amor de la ¡nu,chacha. Se volvió hacia la lo–

ma, dond e quedaba la cántara, CQfilO había hecho Ro–

sa lía.

- ¡El día de nuestra boda!

Y e estrecharon,

de

nuevo las manos con pasión.

Después conversaron tFanquilameote sobre lo buena

que era la chicha enterrada. Y q·ue muchos señores de